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Date un capricho … de nuevo

Uno de los primeros artículos que escribí en el blog y que después impregnaron el espíritu del mismo fue Date un capricho. Con el paso de los años ese artículo sigue de plena actualidad, quizás porque miro a mi entorno y todavía reconozco a mujeres que viven dedicadas completamente a los demás y son incapaces de darse un pequeño capricho.

Cuando vamos al supermercado a hacer la compra no creo que la mayoría de las que me leéis os compréis vuestra tableta de chocolate favorita. Siempre se hace la compra pensando en lo que necesitamos o querrán los demás. Lo mismo pasa si compramos ropa, maquillaje o complementos. Seguro que a vuestra pareja no le falta detalle en su atuendo de ceremonia, y que vuestros pequeños van a la playa a la última, pero ¿Y tú, vas a conjunto o sacas el vestido de siempre de hace veinte años? ¿O eres de las que se pones el bañador decolorado por el sol de antaño mientras tus niños llevan la camiseta a juego con el suyo?

Date un capricho

En un momento dado de mi vida, uno de los mejores consejos que me dieron fue que dedicara, al menos, quince minutos diarios para mí. ¡Quince minutos! “Qué barbaridad” pensé. Y comencé mi reto leyendo cada día quince minutos. De esta manera demostré a mi familia que cuando tuviera un libro entre manos ese rato sería para mí. Y la experiencia surtió efecto. Me sentí feliz, relajada, e incluso liberada. Sólo eran quince minutos y a mi me empezaron a saber a gloria.

Además siempre voy corriendo a todas partes. A la peluquería, a la compra, incluso si necesito una laca de uñas o pasta de dientes. No hay momento tranquilo. Pero esos quince minutos para mí, yo conmigo misma, esos no me los quita nadie (bueno, en teoría, en la práctica os imaginaréis…).

Por eso me encanta mi propia teoría de “date un capricho”, perfectamente testada sobre mi persona. Darse un capricho no significa arruinarse de repente porque te has enamorado del bolso más caro del mercado, o comprarte cada tarde el último modelito. Darse un capricho significa quererse de vez en cuando un poquito, y por ello hacerse autoregalos que nos ayudan a sentir mejor. Eso sí, estos homenajes no tienen por qué ser de un valor económico alto; una bolsa de tus frutos secos favoritos o comprarte un colorete nuevo puede ser más que suficiente.

Que un día estás un poco depre o tristona, pues chica, date un capricho. Que sale un libro de bolsillo de los que estabas esperando y no llega ni a 10 €, cómpratelo. Que hay una sombra de ojos que cambiaría tu cara por completo, pues a por ella. Que te apetece tomar el sol en una terracita y tomarte una caña aunque sea sola, pues siéntate, admira el paisaje – aunque sea urbano – y valora la quietud. ¿Qué has visto una camisola para tus vaqueros en una de tus tiendas favoritas con la que podrías estar divina y sentirte guapa cada vez que te la pones y no sube de 30 €? ¡¡¡A por ella!!! Aunque luego ya no te compres nada más. Lo dicho, caprichos con medida, pero si es amor a primera vista, mejor que mejor.

Y si lo pruebas verás cómo darse un capricho de vez en cuando es un quitapenas de los buenos. Porque darse una alegría a una misma no tiene precio, y con muy poco esfuerzo lo conseguirás y no sólo te harás feliz a ti sino también a los que te rodean. Porque el que se da un capricho de vez en cuando se siente contento, y esa alegría – aunque sea transitoria – se contagia a los demás, y de repente dejas de ser el pitufo gruñón y te conviertes en la reina de los mares. Y sólo, por poner un ejemplo, por comprarte por una vez tu helado favorito, o la palmera de chocolate que siempre ansías pero que por tu peso piensas que nunca te la puedes permitir.

Ahora, el capricho terapéutico de los buenos es el que unifica alegría, bienestar y salud, y tenga efecto a largo plazo. Por ejemplo: una crema facial, sea del tipo que sea. Te la compra, te vas a casa contenta, y luego mejora tu apariencia cada vez que te la pones. Lo mismo pasa con un perfume o con un par de zapatos, que en rebajas puedes encontrar verdaderos chollos. Cada vez que los utilizas, por muy mal que te encuentres, siempre acabas pensando “pero qué ideales mis zapatos, y encima a mitad de precio”.

Así que ya no hay excusas para darse un capricho, levantar ese ánimo, estar contenta y feliz y por ende Mas Que Guapa, con independencia de las circunstancias. ¿Y tú, te unes al grupo de las Más que Guapas encaprichadas? Cuéntame en comentarios tus experiencias, y así las compartiremos juntas. ¡Y que viva el grupo de las #masqueguapasencaprichadas!




Sé fiel a tu estilo. Consejos de estilo para estar Más Que Guapa

Con el paso de los años me he dado cuenta de lo importante que es ser fiel al estilo de uno mismo. Se puede mejorar, añadir prendas que por el cambio de figura – a lo ancho o lo estrecho – antes no solías llevar, pero el estilo de cada uno, su identidad, eso no debe cambiar.

Me doy cuenta de esto cuando estoy con mis amigas de siempre, las que conozco desde pequeñas. Cada una tiene un rol, y el mío dentro del grupo siempre ha sido el del gusto por la moda, el estilismo y aconsejar a las demás sobre lo que deben ponerse o no para un evento u otro. Yo era la “posh spice” o la spice girl “pija”. Lo sorprendente sería que de repente me pusiera a hablarles de escalada, de tipos de botas de montaña o de hacer una fiesta hippie alrededor de una hoguera. Y lo mejor es que cada una, dependiendo de su profesión, trabajo o gustos, tiene un estilo distinto y muy diferenciado del mío. Y eso es lo que a mí me gusta.

Aún recuerdo cuando hace años quedamos para hacer senderismo, y se sorprendieron de mi estilismo (y sobre todo de mi aguante). Esperaban zapatos de tacón, jersey de lentejuelas y vaqueros. Les sorprendí gratamente, yendo bastante adecuada para la ocasión, aunque mis zapatillas Adidas en turquesa y dorado recién compradas en París fueron trendic topic todo el trayecto.

Fiel a tu estilo

Dentro del grupo tenemos a la que baja a la playa con sandalias de pedrería con tacón y acude a las bodas con mantón de macramé, la que siempre lleva zapatos cómodos porque de toda la vida le han dolido los pies, la que se viste de ninfa con corona de flores para ir a un cumpleaños – siempre con sus labios rojo/rosa – , nuestra enanita del bosque que como es tan mona su estilo sport-chic le queda divino, la que pasa de nuestros chismes y con un vaquero y una blusa está perfecta, y la que se viste de general para darnos órdenes una y otra vez, con sus uñas negras y su tupé, con un estilazo diferente que se lo rifarían las mejores revistas de moda. Y cómo no, también tengo a mi amiga cantante y a la reina de los fulares, cuyos looks son envidiados por donde quiera que van por su gran originalidad.

Y por esto y por muchas cosas más, su gran corazón, su sentido del humor y su naturalidad son mis amigas, y lo somos aunque su estilo y el mío nada tengan que ver. Porque el estilo de cada una es único e irrepetible, porque refleja tu personalidad y tus gustos y forma parte de tu identidad. Y eso las hace únicas e irrepetibles.

No me gustan nada esos grupos de mujeres que parecen fotocopias. Que se lleva la cazadora vaquera, todas iguales. Que ahora está de moda el vestido lencero, todas como salidas de la mismísima Ibiza. Que ahora toca vaqueros y camisola, allí están todas como con uniforme. Y lo importante no es la igualdad sino la diversidad. Y eso lo que en realidad refleja es una falta absoluta de personalidad.

Cuando doy mis charlas de belleza y moda, en especial al público más joven, incido en el hecho de que deben ser diferentes, originales, auténticas, únicas e irrepetibles. Y el estilo de cada una forma parte de su manera de ser, refleja su estado de ánimo y por ende su personalidad. Deben vestir como les guste – siempre dentro de unos límites y respetando las normas de educación y cortesía que cada momento requiera – pero deben abandonar la idea de ir todas vestidas iguales, porque resulta evidente que cada una es diferente. Si la prenda en concreto les gusta por ella misma aprobado, pero si queremos unos zapatos, unos pantalones o una camiseta por el simple hecho de llevarlo los demás tenemos un problema.

Las redes sociales muestran la apariencia de diversos tipos de mujer, y dentro de ese grupo me encantan las que viven sin complejos y muestran su imagen original y divina a la perfección. Que quieren ir con una camiseta que no les pega nada, perfecto. Que no tienen el cuerpo de una top y aún así son estilosísimas, más aún. Cada una tiene su estilo, y ese escaparate debe servirnos para darnos ideas de vestuario, no para copiarnos e intentar parecernos a nadie.

Porque si quieres ser una Masqueguapa de verdad, debes mantener tu propia esencia, seguir tu estilo, tu personalidad, y de este modo siempre estarás Más Que Guapa!




Rutina de Belleza para tener una piel bonita

Últimamente he estado hablando con algunas amigas y seguidoras que me preguntan mucho por productos a utilizar, en especial cremas o tratamientos para eliminar arrugas, flacidez o manchas. Me encanta ser la consejera de moda y belleza de mis Masqueguap@s, pero más me gusta aconsejarles acerca de que no hay productos milagro, y de que para tener una piel bonita lo mejor es cuidarla a diario, con los productos adecuados, dejarse aconsejar por expertos en la materia y sobre todo y aunque cueste seguir una rutina de belleza.

Rutina para la piel

Ya sabéis que con el tratamiento con Glivec (Imatinib) el cuidado de la piel debe extremarse, por eso cuando comencé el tratamiento mi prioridad siempre fue el cuidado de mi organismo para paliar los efectos secundarios de la medicación, porque en cualquier caso la piel es el órgano más grande del cuerpo, el que nos protege de las agresiones e infecciones eternas, y debemos cuidarla como al resto de nuestro cuerpo. Cuando se produce algún cambio en tu vida, ya sea físico o emocional, la piel tiende a resentirse, y si la tienes atópica, seca, sensible o delicada ya la exteriorización de una mala racha es todavía mayor.

Por eso es importante cuidar la piel a diario como si de nuestro mayor tesoro se tratara. Dependiendo de su apariencia nuestra piel refleja nuestro estado anímico y de salud. Dependiendo del color, la luminosidad, el grado de hidratación o la afluencia de arrugas o descamación podemos adivinar a simple vista si una persona está o no en su mejor momento.

En consecuencia y porque pase lo que pase siempre hay que apostar por la salud y estar Masqueguapas, ya que el cuidado de la piel no sólo es una cuestión de estética, hoy quiero compartir con vosotr@s mi rutina básica de belleza para tener una piel bonita, tras los sabios consejos que mis distintos asesores de belleza me han ido dando durante mucho tiempo.

PASOS BÁSICOS DE LA RUTINA DE BELLEZA PARA TENER UNA PIEL BONITA

  1. Primero y fundamental hay que limpiar la piel todos los días. En otro post os enseñaré cómo hay que desmaquillarse y limpiarse la piel, pero hoy como regla número 1 y consejo básico os cuento que para que cualquier crema o producto para la piel que utilicéis sea efectivo – con independencia de su precio – debéis aplicarlo sobre la piel limpia y saneada. Para ello podéis utilizar distintos productos, desde leche limpiadora, limpiador en aceite – mi favorito – en gel y hasta agua micelar (para las más perezosas), y finalmente aplicar un tónico o agua termal que refresque e hidrate la piel. Hay productos para todo tipo de pieles, así que no olvidéis consultar en vuestra farmacia por el producto más adecuado para vuestro tipo concreto de piel. El agua y jabón no es suficiente e incluso puede irritar la piel, por eso es imprescindible utilizar el limpiador adecuado mañana y noche aunque no os hayáis maquillado.
  2. En segundo lugar, una piel hidratada es el secreto de una piel firme, jugosa y luminosa. ¿Qué es eso de salir de casa con la cara recién lavada sin aplicar nada que la proteja del exterior, y permitir que los fenómenos ambientales la resequen o ensucien en demasía? Tan importante es la limpieza como la crema hidratante, cuya composición dependerá de la edad de cada una, del tipo de piel y de las necesidades del momento. Recordad que la piel no está igual en invierno que en verano, así que dependiendo de cada momento es probable que necesitéis cambiar de crema por exceso de grasa o sequedad importante.
  3. Para mantener una piel bonita nada mejor que aplicar crema de protección solar alta sobre la crema que nos hayamos dado antes de salir de casa. Y si, no penséis que ese tipo de cremas siguen dejando la cara blanca y son imposibles de extender. Hay en el mercado cremas de protección en distintos formatos, desde spray hasta bálsamos que dejan una piel maravillosa y se extienden perfectamente. Si la adquirís con componentes antimanchas y antiarrugas será la elección ideal si vuestra edad supera los 35 años.
  4. Utiliza siempre crema para el contorno de ojos. Esa zona del rostro es, sin duda, la más delicada, la que más se estropea y la que más denota los signos de la edad, el cansancio o la tristeza. Por eso cuesta muy poco aplicarla en la zona periorbital a pequeños toquecitos para mejorar esa zona de nuestra cara y que esta se vea rejuvenecida. En el blog os he hablado muchas veces sobre productos y la forma de aplicarlos, así que no tenéis excusa para no saber utilizarlos.
  5. Cuida tus labios continuamente, y mantenlos sanos y sin grietas, ya que aunque no lo parezca son otra parte del rostro especialmente sensible. Por eso utiliza constantemente bálsamos labiales que los hidraten y nutran, y de este modo evitarás las temidas arrugas llamadas código de barras e incluso otras líneas de expresión.
  6. Mantén una alimentación sana y sigue hábitos saludables. Bebe agua abundante, no fumes y evita las bebidas alcohólicas, que estropean muchísimo la piel.
  7. Sonríe siempre que puedas. Una sonrisa es el secreto de belleza más importante que existe en el mundo. Aunque a veces no tengas ganas, ejercitarás los músculos faciales y alegrarás la vida de los demás, así que si sonríes a diario te beneficiarás de su doble efecto.
  8. Y por último pero no menos importante, cuando te maquilles utiliza productos cosméticos adecuados a tu tipo de piel. Es mejor no utilizar maquillaje que ponerse cualquier producto; si el fondo de maquillaje en especial no ese adecuado para tu piel puede dañar enormemente tu apariencia, añadiendo años y arrugas que no tienes o incluso alguna reacción alérgica inesperada. Por eso déjate asesorar por especialistas en la materia, ya que gracias a un buen fondo de maquillaje e incluso a una crema con color vuestra apariencia puede cambiar enormemente sin que tengas que hacer nada más.

Y así, si seguís esta rutina básica de belleza, ya podéis continuar aplicando cremas específicas, haceros tratamientos dermatológicos o retoques estéticos, pero en cualquier caso serán mucho más efectivos y dilatarás su duración. Porque pase lo que pase, el cuidado de la piel del rostro es fundamental y la cara nuestra carta de presentación, así que aunque no te maquilles ni te guste el mundo de la cosmética, seguir estos pasos te ayudará a tener una piel sana y estar de cualquier forma Más que Guapa!




5º Aniversario Más Que Guapa

Ya hace cinco años que mi maratonman y yo comenzamos esta gran aventura. La idea de fundar Más Que Guapa fue casual, como casi todo en la vida. La propuesta de hacer un blog y las ganas de ayudar a los demás hicieron el resto.

Tras mi diagnóstico fatal del GIST, la primera intervención quirúrgica y poder superarlo, junto con la necesidad de tomar un tratamiento médico, GLIVEC (Imanitib), muy efectivo pero cuyos efectos secundarios eran bastante desconocidos, decidimos emprender la gran tarea de animar a otras personas que hubieran pasado por lo mismo a que se sintieran mejor; que tuvieran esa página web que yo nunca tuve con consejos de moda y belleza con los que se sintieran bien, pasara lo que pasara.

A mis primeras lectoras con el mismo diagnóstico, cuyos mensajes de apoyo y agradecimiento me enternecieron y emocionaron, se unieron otras con problemas distintos al mío, que me dieron ánimos para seguir con este viaje y continuar con mi tarea, siempre altruista y filantrópica, de aconsejar en todos aquellos aspectos que se pueden cambiar para continuar viviendo en la vida Más Que Guapa, esto es, muy por encima de la belleza exterior, y con felicidad y paz interior. Mujeres valientes, luchadoras y a las que nada ni nadie se les pone por delante.

Conforme fue pasando el tiempo comencé a recibir mensajes, propuestas de colaboraciones, participaciones en eventos y lo mejor, el cariño de mis lectores y las ganas de seguir leyendo mis crónicas, más o menos acertadas, pero que a ellos les encantaban. Y digo a ellos porque en el trayecto se fueron uniendo Masqueguapos de renombre, conocidos y anónimos que decidieron seguirme y apoyarme porque a ellos también les servían mis consejos y sugerencias.

En estos cinco años he conocido a gente nueva maravillosa, de la que hoy me siento muy orgullosa de conocer y poder colaborar. A sorprendentes médicos especialistas – oncólogos, dermatólogos, psiquiatras – y farmacéuticos que siguen estudiando, investigando y ayudando a los enfermos a que su vida sea mejor, sin otro interés que su vocación de servicio a los demás. A enfermos valientes luchadores que siguen en tratamiento y no dejan que su inquietud moleste a los demás. A aquellos que en su vida fueron pacientes y hoy, sanos, han decidido dedicar su existencia a ayudar a los que sufrieron lo mismo.

Quinto Aniversario

Pero la gran sorpresa ha sido descubrir que el mundo de la moda y la belleza es mucho más solidario de lo que se proyecta y se piensa, y lo mucho que ayuda a un bienestar físico y emocional. Nunca he recibido un no por respuesta cuando les he propuesto una colaboración; siempre me han mimado, vestido, peinado y maquillado con un cariño increíble, haciéndome sentir en ocasiones incluso más bella que una estrella de Hollywood. Siempre había una solución para que mi piel fuera perfecta, mi estilismo el adecuado, mi cabello envidiado y mi maquillaje solicitado. Nunca han permitido que dejara de sentirme Más Que Guapa y con el paso del tiempo han seguido inyectándome esa dosis de optimismo que sólo ellos pueden generar para que tenga la imagen que tengo ahora.

En un momento dado mi humilde fama comenzó a extenderse y comencé mi todavía hoy incipiente carrera de “influencer”. En ello me ayudaron grandes personalidades y firmas que confiaron en mí y en el mensaje que transmitía, sin conocerme de antemano, y fue una sorpresa inesperada. Gracias a esta nueva actividad he hecho grandes descubrimientos; personas dedicadas a distintos ámbitos pero con las que nos une un objetivo común: nuestro amor por la moda y la belleza y la idea de transmitirlo como mejor sabemos. Ahora tengo una pareja artística, con el que paso ratos fabulosos e incluso me asesora sobre lo que debo ponerme. Amigos fotógrafos, periodistas, personal shoppers, responsables de comunicación y diseñadores de moda con los que da gusto conversar, y un grupo de compañeros de eventos, auténticos, inigualables e inimitables a los que nunca les falta un piropo que dedicarte y con los que es un placer asistir a presentaciones, desfiles y charlas.

Estos cinco años han sido duros – nuevas intervenciones, algún que otro ingreso hospitalario, pruebas y pinchazos – pero por encima de todo muy gratificantes. Siempre dije que con que a una persona le sirviera el blog me sentiría recompensada, pero en realidad la mayor beneficiada de todo esto he sido yo. Que una experiencia fatídica en la vida te haya cambiado de tal manera que puedas transmitir alegría de vivir no tiene precio. Que llegues incluso a agradecer devenires de la vida como algo bueno a largo plazo tampoco.

Y todo esto no hubiera sido posible sin mi entorno, mi familia y mis amigos de siempre. Quisiera dar las gracias a mi amor maratoniano por montarme este maravilloso blog, nunca decirme no a nada ni sugerirme que no era capaz de hacer algo, y apoyarme en cada proyecto que emprendo, aunque seguro que a veces no logra entenderlo. A mis princesas que me han cuidado sin descanso, entender desde pequeñas lo que estaba pasando y ser mi mano derecha en este proyecto con su madurez, sus ayudas tecnológicas, su esfuerzo, sus fotos y sus sugerencias. A mi madre, siempre paciente, sonriente y complaciente, que nunca bajó la guardia y desde pequeña me enseñó todo lo que transmito sobre moda, educación y saber estar; sin ella no podría escribir una palabra en el blog. Gracias al resto de mi familia, a mis amigos incondicionales, y en especial, gracias a vosotros, mis lectores, mis seguidores, mi razón de ser, mi alegría y mi apoyo. Nuca es fácil comenzar un proyecto desde cero, pero sí lo es cuando tienes a personas tan receptivas al otro lado.

Gracias a todos por estos cinco años de alegrías, de satisfacciones, de apoyos incondicionales y de ánimos. Espero poder seguir otros cinco años más y no defraudaros. Con todo mi corazón, GRACIAS POR ESTOS FABULOSOS CINCO AÑOS y por querer y dejarme seguir estando Más Que Guapa!