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¿Actitud positiva o realismo frente al Covid19?

Mañana hará cuatro semanas que la
mayoría de españoles estamos confinados en casa. Unas semanas extrañas, por
llamarlo de alguna manera, en las que cada día recibimos una noticia u otra, y ninguna
la verdad ni positiva ni esperanzadora. Las peores son el número de muertos
diarios, que se mencionan en la televisión en cuantía, como si se hablara de
kilos, de euros o de la bolsa que sube y baja. “Hoy hemos tenido 689 muertos,
la mejor cifra de lo que llevamos de pandemia”. La mejor cifra porque como el
día anterior había 743 es evidente que la muerte de 689 muertos nos alivia
soberanamente.

A todos los medios de
comunicación y en especial a los portavoces del Gobierno que cada día salen
para darnos las cifras del día, se les olvida que detrás de cada fallecido,
ahora que ya hemos superado los 15.000, que se dice pronto (y lo pongo en
número porque resulta más escandaloso) hay una familia: Hijos, esposos/as,
madres/padres y amigos que lloran la muerte del ser querido y al que además no
pueden despedir como se merece por las especiales circunstancias que estamos
viviendo por el COVID19. Pero sí, tener hoy 689 fallecidos es una buena
noticia.

Por otra parte nos hablan de la
curva, y si ésta sube, baja, o es plana o en punta. Términos que sólo los
matemáticos o especialistas en estadística entienden. “Qué bien que ha bajado
la curva”, dicen unos, “ahora ya se ha aplanado”, dicen otros. El caso es que
la curva sube y baja y nosotros seguimos encerrados, los contagiados ingresados
y el número de fallecidos incrementado.

Por lo tanto, ¿Cómo es posible
que frente a este drama sigamos siendo positivos? ¿Cómo puede ser que cada día
que nos levantamos pensando en que ya queda menos para salir, pongamos la tele
y nos anuncien que de nuevo van a prorrogar otros quince días más el
confinamiento? Y yo me pregunto, ¿Pero cuantas prórrogas llevamos ya?  ¿Es lunes, martes, ya estamos en abril?

Y sí, reconozcámoslo, esto es
insoportable. Que sí, que buscamos cada día un entretenimiento, que haciendo
pasteles se nos pasa la tarde, que estamos leyendo más libros que si
estuviéramos haciendo el grado en literatura universal y que con tanto
ejercicio sin salir de casa tenemos los brazos mas fuertes que en la vida. Y
sí, somos positivos, alegres, emprendedores, comprensivos… Pero en ocasiones ya
comenzamos a sugerir que estamos hasta el moño.

Las noticias económicas que
llegan a nuestros hogares tampoco son nada alentadoras. Que si cuando salgamos
nos quedaremos sin trabajo, las empresas se irán a pique, tendremos que salir
escalonados y hasta que estos pies puedan pisar un bar aún pasaran tres o cinco
meses, dependiendo de lo que encada momento vayan diciendo. Eso si el bar sigue
en pie, desde luego, porque el dueño ha tenido que perder todos sus ahorros
para seguir con su negocio.

Por eso yo me pregunto,
¿Positivos ante el confinamiento por el COVID19, con este estado de alarma,
estas noticias terribles, tanta gente sufriendo por una cosa u otra? Y la
respuesta es SÍ, en mayúsculas, hay que seguir siendo positivos. Pero seguir
siendo positivos no significa que seamos irracionales o vivamos en un mundo
distinto al que nos rodea. Que pensemos que todo va a salir bien, que en
realidad el covid19 no nos va a afectar o que es el país de las maravillas
porque la vida nos está dando una oportunidad para seguir juntos, pasar ratos
en familia y convertirnos en el mejor concursante de masterchef de todos los
tiempos.

El positivismo ante el COVID19,
desde mi punto de vista, comienza por ser conscientes de la realidad. Darle a
las cosas el valor que tienen; Ser empáticos con aquellos que están tristes por
la pérdida de un ser querido y estar pendientes de ellos, días después de
haberse producido el óbito. Ser emprendedores, buscar fórmulas para paliar este
encierro y ayudar a aportar lo que haga falta: ya sean mascarillas, pantallas,
ideas a través de tutoriales o canciones que alegren al prójimo. En casa,
aguantar nuestro mal genio, nuestro hartazgo, y generar un buen ambiente,
aunque nos hayamos levantado con mal pie. Estudiar, ver series o películas,
entretenernos con lo que nos gusta. A veces, ser egoístas y darnos un pequeño
capricho…

Positivismo sí, pero nunca
irrealidad. No confundamos los sentimientos, lo que está pasando de verdad. No
miremos hacia otro lado, como si no estuviera pasando nada, y de vez en cuando
quejémonos, que razones tenemos y muchas. Eso significa que somos humanos,
realistas y que tenemos ganas de superarnos a nosotros mismos y de continuar. Y
de aguantar, y de seguir.

Porque ser positivos no significa
ser un expendedor constante de sonrisas y purpurina, y gritar a los cuatro
vientos lo felices que somos. Ser positivos comienza por ser realistas, bajar a
veces al suelo y levantarnos otra vez. Ser empáticos con los que lo están
pasando mal, sufriendo, y ayudarles a que salgan adelante.  En eso consiste el positivismo de estos días,
y sí, también en ser conscientes de los afortunados que somos de poder
quedarnos en casa, de disfrutar días en familia y de seguir sanos. Pero por
encima de todo, ser humanos, con nuestros defectos y virtudes, con nuestros
genios y arrebatos, con nuestros miedos e inquietudes.

Sí, no es el momento de ser
positivos en sentido estricto con todo lo que está pasando. Con ser realistas
tenemos más que suficiente, y por supuestos seremos mucho Más que guap@s en
todos los sentidos.




Qué pasará cuando salgamos?

El otro día os hacía la reflexión
de qué haremos cuando salgamos del confinamiento por el coronavirus, pero hoy
quiero haceros pensar sobre en realidad qué pasará de verdad. Una cosa es
hablar de nuestros deseos y lo que queremos hacer, y otra cosa muy distinta es
ser conscientes de qué pasará en realidad y cómo vamos a cambiar como personas,
como sociedad, como familia, como comunidad.

Por una parte y la más fácil,
considero que vamos a extremar más las medidas higiénicas que ahora hemos
puesto en funcionamiento. Ya no nos parecerá raro ver a alguien en el autobús o
en el metro con mascarilla (ya no será objeto de burla pensando que la gente es
muy exagerada) ni a la gente con gel hidroalcohólico en el bolso. Tampoco nos
parecerá extraño que las personas se laven las manos continuamente, y que nos
niños no muevan un dedo sin tener las manos impolutas.

Otra cosa que tardaremos en
volver a realizar son las reuniones masivas o multitudinarias. Muchos de los
contagios producidos por el COVID19 se han producido en manifestaciones,
concentraciones sociales de grandes dimensiones o en reuniones con muchos asistentes.
Por eso nos costará un poco más acudir a un concierto, salir a manifestarnos
por algo en lo que creemos o hacer convocatorias sociales de muchos invitados.
De hecho, considero que las autoridades sanitarias esperarán cierto tiempo
hasta que se permitan las reuniones sociales de un numero alto de comensales,
pero al final todo llegará.

Por otra parte, nuestros vecinos
serán ya parte de nuestra familia. EL poco amable y soso hola que nos decimos
parcamente en el ascensor se convertirá en una charla sobre la familia, la
salud, no sólo del tiempo. En estas salidas a aplaudir a las ocho de la tarde a
los sanitarios, farmacéuticos, personal dedicado a la alimentación,
trasportistas y miembros y fuerzas de seguridad del Estado, entre otros, hemos
generado sin saberlo unos lazos irrompibles con los que viven más cerca de
nosotros.

Una ola de solidaridad con
nuestros mayores dará lugar a que pongamos a los ancianos en el sitio que
realmente merecen. Después de ver esas imágenes en donde ingresados en el
hospital por el COVID19 no los oímos quejarse ni un minuto, esa fortaleza con
la que las personas que viven solas han demostrado conformarse con lo que les
toca, o esos abuelos que se encuentran aislados y su mayor alegría es recibir
la llamada de sus hijos o  nietos. Con
ese ejemplo de fortaleza, valentía y resiliencia que nos han demostrado,
aprenderemos a valorar a nuestros ancianos y echaremos de menos a los que la
enfermedad tristemente se ha llevado en circunstancias muy dramáticas.

También deberemos acordarnos y
estar pendientes de todas esas familias y personas cuyas vidas no podrán
regresar a la normalidad por mucho que nos dejen salir de casa. Son esos que
han perdido a un ser querido y no han podido velarlo ni enterrarlo como
hubieran deseado por las condiciones impuestas por la enfermedad; A todos esos
sanitarios que han trabajando codo con codo extenuados enfrentándose con la
enfermedad y contagiándose de la misma por cuidar a los enfermos, con la fatiga
psicológica que ello conlleva; Y a todos esos trabajadores de farmacias,
supermercados, comercios de alimentación, transportistas y camioneros,
repartidores, y demás servicios mínimos 
denominados esenciales que han tenido que seguir desempeñando su trabajo
sin poder protegerse en casa de la crudeza del virus, y por ende no han podido cuidar
de sus familias tanto como quisieran. A todas esas personas, además de
aplaudirles, deberemos tratarles todavía con más cariño, pues estarán agotados
y psicológicamente desbaratados.

Otra reflexión que os hago es que
seguro que nuestra apariencia física acaba cambiando. Nos hemos dado cuenta con
el confinamiento que no necesitamos tener veinte bolsos y doscientos modelos en
el armario. Con lo básico, y lo que nos queda bien tenemos suficiente. Eso sí, habrá
que darse algún capricho que otro para levantar el ánimo, y lo mejor, por
supuesto, será optar por la moda española, la mejor que tenemos, número uno del
mundo, y por supuesto comprarla en establecimientos de nuestra ciudad, que
habrá que dar un impulso a nuestro comercio de proximidad y a nuestros grandes
almacenes que tanto hacen por la moda España. Y además favoreceremos su
contratación y continuidad en el negocio, que no es poco.

Lo que seguro no va a cambiar, y
aquí os dejo mi reflexión con humor, es el volver a la peluquería. Eso seguro
que se colapsa en cuanto salgamos de casa. Las que llevamos mechas o
coloración, saldremos al exterior con una especie de mechas californianas muy
personales, por decirlo finamente. Las que tienen canas estarán muy de moda,
porque su pelo será bicolor, y las que querían llevar el pelo corto llevarán
una ligera melenita muy mona pero completamente desestructurada. Pero oye, que
igual cambian las tendencias y como ahora se lleva todo, pues que estos
melenones que nos están quedando y estos multicolores en el pelo igual acaban
siendo tendencia!

Pero lo más importante de esta
experiencia, traumática para todos y muy repentina a su vez, debe estar en un
cambio en nuestro interior. Tanto el estar encerrados como en primera línea
enfrentados al COVID19 debe volvernos mejor personas, más empáticas, más
solidarias, más abiertas y felices, y más disfutonas con las pequeñas cosas.
Porque estas experiencias en la vida, y en este caso este sufrimiento universal,
debe abrirnos la mente para valorar al final lo que de verdad importa. Y
eso sí que será ser Más Que Guapa!

Así que mientras tanto, y desde
donde quiera que os encontréis en este momento, apuntaros a cualquier actividad
solidaria para ayudar a los demás. Desde confeccionar mascarillas a escribir
cartas a los enfermos que están solos ingresados, cualquier ayuda es poca para
poner nuestro granito de arena en la sociedad y sobre todo, con la labor de
quedarse en casa estamos evitando el incremento de los contagios masivos, y por
ende, salvando vidas. Así que adelante Mäs Que Guap@s juntos podemos con todo!  




Qué cosas harás cuando puedas salir de casa tras el confinamiento

Después de casi catorce días
confinados en casa por el COVID19 yo ya me he acostumbrado. Cómo es el cuerpo y
la mente, se adapta a las circunstancias con una facilidad pasmosa. Me acuerdo
de mi primera operación, en la que después de casi un mes encerrada en el
hospital, al abandonarlo me caían las lágrimas al dar las gracias a los
médicos, enfermeras y auxiliares de la sanidad pública que tan bien me habían
cuidado. Y eso que llevaba desde el primer día queriendo irme a casa.

En este caso siento un poco lo
mismo. Como ya tengo la experiencia de los encierros hospitalarios, quedarme en
casa es estar en ese lugar que durante tanto tiempo desee estar. Porque a decir
verdad, un día en el hospital se hace tan largo como una semana en tu vida
normal. De ahí que estos días mis pensamientos estén con todos esos pacientes
que están ingresados, sin saber qué pasa, y con la incertidumbre  de qué va a ocurrir con su vida y su
situación, sin poder ver a sus familiares y observando al personal sanitario
exhausto y dando su vida sin descanso por todos y cada uno de ellos.

Así que como ya me he habituado a
este nuevo enclaustramiento involuntario, ahora creo que una buena reflexión
sería preguntarnos qué vamos a hacer cuando salgamos de ésta. Es continuar con
la ilusión de la que os hablé en un artículo hace unos días, y sobre todo tener
una finalidad en la vida, un horizonte que alcanzar, una meta a la que llegar
que nos mantenga activos y alerta.

¿Y sabéis lo que voy a hacer yo
cuando salga de aquí? Invertir en el #madeinspain , o lo que es o mismo, en la
producción y todo lo hecho en España. Porque muchas empresas españolas
están colaborando para que nuestro país salga adelante, con sus medidas
laborales, sus donaciones y aportaciones. Porque España es uno de los países
más bonitos del mundo, y debemos volver a incentivar el turismo en nuestro
país. Porque no tenemos gastronomía mejor (siempre que viajo y estoy de bajón
en el avión de vuelta me acuerdo de nuestro jamón serrano y mi adorada tortilla
de patata, y me cambia el humor) y porque las empresas españolas son las que
dan trabajo y riqueza a los españoles.

Ahora más que nunca tenemos que
estar unidos, y aprender que gracias a las empresas españolas, el esfuerzo de
los sanitarios de nuestro país, las fuerzas de seguridad del Estado, nuestros
empleados de supermercados, farmacias y personal de transporte y limpieza,
entre otros, estamos sobrellevando esta situación con dignidad. Y cómo no,
todos esos voluntarios que vemos cada día en la televisión, que altruistamente
y sin ánimo de lucro llevan comida a los ancianos que no pueden salir, los
jóvenes que ayudan en las tareas de animación y supervisión de las personas más
vulnerables, o los locales de hostelería que han visto cómo se cerraban sus
establecimientos están aportando sus medios para que los camioneros tengan unos
menús caseros a bajo precio y puedan continuar con su tarea que a todos nos
beneficia.

Por eso y en favor de nuestra
sociedad, cuando por fin podamos abandonar nuestras casas porque todo esto haya
pasado, debemos unir nuestras fuerzas para invertir en lo hecho en España.
Comprar productos locales, ayudar al pequeño comercio que ha visto cómo estos
días se cerraban por ley perdiendo sus ingresos, ir a por alimentos a los
mercados y supermercados que tanto nos han abastecido en estos días difíciles,
o encargar vestidos de ceremonia a los modist@s y costureras en sus talleres made
in Spain.

El Corte Inglés, Zara (Inditex en
general), Mercadona, Mango, Room Mate hoteles, Vincci hoteles, OPPO España,
Jaguar Land Rover Iberia, Grupo Palladium, Marriot Auditorium, Novartis, Grupo
L´Loreal a través de La Roche Posây, Auara, Toyota España, Telefónica, Arehucas,
Ikea España, Banco Santander, Más Móvil, Ger Flor Iberia, BBVA, Orange, Repsol,
y  otras muchas han hecho donaciones
sanitarias, puesto a disposición de los pacientes y sanitarios sus
instalaciones o productos, o incluso han reinventado su producción para luchar
contra el coronavirus. Y ¿No es como para estar orgullosos de nuestros
empleadores españoles y de sus trabajadores y directivos?    

Por eso, cuando todo termine y
pase este mal sueño, para recuperarnos de las secuelas que la enfermedad, el
miedo o la muerte de un ser querido nos haya podido causar, invertiremos en
España, nuestro país, solidario, valiente y luchador, y devolveremos a todas
estas Entidades el esfuerzo que para superar el COVID19 han efectuado desde
todos los ámbitos. De esta manera no sólo recompensaremos su esfuerzo, sino que
conseguiremos que nuestros compatriotas mantengan sus puestos de trabajo y se
pueda volver a levantar este país como siempre, y después de tiempos de
dificultad, como siempre hemos hecho.

Invertiremos en los restaurantes,
bares y centros de hostelería que han permanecido cerrados por obligación,
viajaremos y reservaremos nuestra estancias en hoteles de España, compraremos
ropa española, y cuando nos toque comprar comida, nos aseguraremos de que sea de
producción española, para apoyar a nuestros ganaderos y agricultores que ahora
están colaborando con sus tractores en desinfectar locales y pueblos.

Así que cuando finalice esta
pesadilla, el #madeinspain será nuestra seña de identidad para estar
como siempre Más Que Guapas!




Productos de belleza indispensables para utilizar en casa

Hoy ya es hora de que nos
pongamos las pilas. Ya hemos protestado, pataleado, y nos hemos quejado. Pero
como no podemos hacer nada más que seguir confinados sin salir de casa a causa
del COVID19, ¿Por qué no pensar en utilizar parte de nuestro tiempo en cuidarnos
para cuando salgamos estar Más Que Guapas?

Tened en cuenta que si estos días
de encierro no cuidamos nuestra piel de la forma habitual, puede ser que todo
el tiempo y el dinero que hemos invertido durante el invierno se tire por
tierra, y cuando nos den por fin el pistoletazo de salida y podamos salir de
casa no tengamos remedio. Por eso hoy os enseño algunos productos de belleza
imprescindibles que seguro tenéis en casa y en su defecto podéis adquirir en
las farmacias en el caso de que tengáis que acudir a una por extrema necesidad.

PRODUCTOS DE BELLEZA PARA
CUIDARSE EN CASA A CAUSA DEL CONFINAMIENTO

  1.  CREMA NIVEA, la de la lata azul, la de toda la vida. Es uno de los productos estrella que siempre recomiendo en el blog. Ayuda a cicatrizar las cicatrices y heridas, pero además tiene un poder hidratante extraordinario. Muy adecuada para utilizar sobre la piel de todo el cuerpo en aquellos lugares donde haya extrema sequedad, rojez o descamación.
  2. ENDURECEDOR DE UÑAS DE REPAVAR, que regenera y endurece las uñas. Es transparente y seca muy rápido, con lo que podrás llevar unas uñas sanas y estupendas en casa sin problema. Aplicable tanto en las uñas de las manos como de los pies.
  3. ACEITE DE ARGÁN FACIAL DE SEHAQUI. Apto para pieles normales y secas, con aromático a la naranja, es la solución perfecta para utilizar de noche antes de ir a dormir bajo la crema hidratante. Con su agradable aroma cítrico deja la piel suave, hidratada y nutrida.
  4. ADVANCE GENIFIQUE YEUX DE LÂNCOME. Un contorno de ojos que incorpora una fórmula no grasa y su patentada fórmula light-pearl™, que con un aplicador fabricado con acero quirúrgico es perfecto para pieles sensibles y desinflamar bolsas y mejorar las ojeras. Es uno de mis productos de belleza favoritos y lo podéis encontrar en los corners de la firma en El Corte Inglés o en su página web.
  5. CREMA DE LA LÍNEA SKIN FOOD DE WELLEDA. A un precio estupendo, esta crema proporciona una nutrición intensiva y se puede aplicar sobre la piel de la cara y el resto del cuerpo. Especialmente destinada a pieles secas y agrietadas, utilizada como mascarilla facial es perfecta, y utilizándola a pequeños toques sobre el rostro un iluminador natural efecto glow perfecto. WELLEDA es una firma de cosmética natural certificada, sin conservantes, perfumes sintéticos ni sustancias de origen petroquímico. Es la crema SOS más famosa del mercado desde 1926.JABÓN DE CUERPO Y MANOS DE JO MALONE LONDON. Mi firma favorita de productos de belleza corporal, tiene un jabón que se puede usar para ducha o como desinfectante de manos que deja un agradable olor en la piel. Mi fragancia favorita en este producto: English pear & freesia. Mantiene su aroma en el cuerpo incluso una vez seco.
  6. BÁLSAMO LABIAL COLD CREAM DE EAU THERMALE AVÊNE, que siempre os digo que es mi favorito. En casa, y aunque no salgamos al exterior, la piel delicada de los labios se sigue irritando con el encierro, la falta de aire exterior o la calefacción. Por eso es importante mantener continuamente los labios hidratados. Con este bálsamo para labios extremadamente reparador conseguimos una nutrición e hidratación continua y duradera.

Y sobre todo, no olvidéis
perfumaros a diario con vuestra colonia o perfume habitual, ya que con pocos
productos y sin salir de casa se puede seguir siempre Más Que guapa! Y recuerda
que la apariencia física es muy importante para la salud mental, que deberemos
cuidar extremadamente en estos días de encierro.




Cosas que hacer durante la cuarentena por Coronavirus COVID-19

Hoy nos acabamos de enterar que
nuestro confinamiento va a durar más de lo anunciado. Bueno, es lo que
esperábamos todos, aunque en nuestro fuero interno lo quisiéramos negar. Aún no
hemos llegado a frenar la curva, así que tenemos que hacer todo lo que esté en
nuestra mano para frenar el virus y el número de contagios, tanto a personas
vulnerables como al resto de la población. Así que no queda otra, pero por el
momento #YoMeQuedoEnCasa.

Y una vez llevamos más de una
semana confinados, sin ganas ya de hacer nada, sin ánimo, ni ganas y sin poder
salir – ni expectativas de ello -, ¿Qué podemos hacer para poder combatir el
aburrimiento?

IDEAS PARA HACER EN CASA
MIENTRAS ESTAMOS EN CUARENTENA POR CORONAVIRUS

La verdad es que en este estado de permanente sin vivir no nos quedan muchas ganas de hacer actividades lúdicas; entre el teletrabajo, las tareas del hogar y el cuidado de los niños poco tiempo libre queda, y menos gana de hacer algo de disfrute para entretenernos y pasar un rato agradable en casa. Pero aun así, debemos se fuertes y buscar ganas de donde no las haya para poder sobrevivir y no volvernos locos en estos días de confinamiento. Por eso os propongo una serie de ideas fáciles para disfrutar y estar entretenidos en casa mientras dure la situación de aislamiento social por coronavirus. Aquí os dejo unas cuantas ideas:

  1. ELIGE
    CONJUNTOS DE ROPA FAVORECEDORES E INTENTA INNOVAR CON LO QUE TIENES EN EL
    ARMARIO: Cuando te levantes y te vistas, elige conjuntos cómodos pero que te
    gusten y con los que estés favorecida; y si tienes que pegarte media hora para
    ello, tranquila porque ¡Tienes tiempo! Crea tus propios conjuntos y dale rienda
    suelta a tu imaginación: seguro que entre la ropa que hace tiempo que no te
    pones encuentras verdaderas prendas que ahora y por no poder salir redescubres
    y te vuelven a parecer ideales.
  2. HAZ
    ESAS RECETAS DE COCINA que siempre ves en las redes sociales y nunca las haces
    porque no tienes tiempo. Es hora de ampliar la variedad de tus menús,
    aficionarte a la cocina si no te gusta o ampliar horizontes si se te da bien.
  3. Deja
    un espacio de tu tiempo para tu CUIDADO FACIAL Y CORPORAL. La realidad es que
    cuando salgamos, nuestro estado físico si no lo cuidamos se verá resentido con
    tanta inactividad. Por ello, dedica cada día un poco de tiempo a mimarte:
    aprovecha para ponerte esa mascarilla facial que nunca tienes tiempo de
    ponerte, darte crema hidratante por el cuerpo, disfrutando de su aroma, o
    utilizar ese champú para el pelo que te regalaron y te da pena utilizar. Aunque
    ano salgas de casa no tienes que parecer recién salida del sótano.
  4. INICIA
    NUEVAS ACTIVIDADES QUE EN UN MOMENTO DADO TE HUBIERA GUSTADO HACER. Con los
    tutoriales por internet, ahora puedes hacer todo lo que te propongas. Es un
    buen momento para comenzar actividades sedentarias como punto, ganchillo o
    costura. También para hacer tus propios abalorios, customizar tu ropa o quizá
    comenzar a pintar. Es tu momento.
  5. HAZ
    UN POCO DE EJERCICIO DIARIO, pero recuerda que no es el momento de volverte
    olímpic@. Ello significa que realices ejercicio adecuado a tu capacidad y a lo
    que estás acostumbrado hacer; No queremos ni podemos ir a urgencias por ninguna
    lesión que te hayas provocado tú mism@ en casa, y que el confinamiento está
    pensado, entre otras cosas, para no saturar las urgencias.
  6. No
    olvides nunca seguir cultivándote intelectualmente. Por eso, LEER ES
    FUNDAMENTAL: LEER LA PRENSA TRANQUILAMENTE, UN LIBRO O UNA REVISTA DE UN TEMA
    QUE TE GUSTE te mantendrán con la mente firme y en su sitio, y seguirás cuerd@ y
    con el nivel intelectual imprescindible para superar este confinamiento.
  7. Y
    por último y no por ello menos importante, aprovecha para LLAMAR POR TELÉFONO A
    ALGUIEN QUE HACE MUCHO QUE NO VES y has perdido el contacto habitual por falta
    de tiempo. Ahora todos estamos aburridos, con ganas de hablar de temas que no
    sean el coronavirus o el covid19, así que es el momento de recuperar viejas
    costumbres como hablar directamente y no por mensajes o whatsApps. Transmitir
    oralmente nuestros sentimientos, inquietudes y experiencias es algo muy
    enriquecedor y que además nos hace cambiar de aires, actividad esencial cuando
    no puedes salir de casa.

Así que en estos momentos en los
que tenemos tanto tiempo libre por delante, aprovechad y pensad que cuando
volvamos todo volverá a la normalidad, y nunca más volveremos a estar tanto
tiempo en casa. Y es una idea estupenda para estar Más Que Guap@s!




La ilusión en estos momentos de incertidumbre por el coronavirus COVID19

 En estos momentos difíciles, de incertidumbre,
desasosiego y miedo a lo desconocido, hay un sentimiento que estemos donde
estemos, no debe faltar en nuestra actitud: La ilusión. Para sobrellevar estos
días de encierro involuntario, confinamiento o el ya famoso #YoMeQuedoEnCasa , es
imprescindible que nunca nunca perdamos la ilusión.

La ilusión es un sentimiento que
a menudo tenemos y pocas veces reconocemos. En un mundo globalizado, en el que
ahora con un simple click podemos acceder a todo lo que ansiemos, es bueno que
volvamos a rescatar el sentimiento de la ilusión. Ilusión por comenzar un
negocio, ilusión por comprar la primera una casa, ilusión por celebrar una boda
o ilusión por hacer el viaje de tus sueños.

Y eso es lo que nos va a pasar
cuando salgamos de aquí, de nuestra casa, de nuestro hogar. Nos mantenemos
encerrados pensando en lo que podríamos hacer en ese momento, cuando lo que
deberíamos es crear ilusiones para cuando salgamos.

¿Qué tipo de ilusiones tendremos,
qué ilusiones tienes tú? Quizá estos días de confinamiento nos lleven a valorar
las cosas que de verdad importan, y además lo que realmente te importa a ti.
Quizá tantos días sin tener un quehacer atractivo nos pueden llevar a imaginar
qué querremos hacer cuando salgamos, o qué cosas de nuestra vida cambiaremos
cuando todo vuelva a la normalidad. Ilusiones pequeñas, que pueden llegar a
ser, en estos momentos, lo más grande.

Ilusión por ver el mar, Ilusión
por volver a arreglarnos y pintarnos los labios de rojo, ilusión por comernos
un croissant recién hecho o por comprarnos un café para llevar. Ilusión por
volver a dar un paseo por el parque, por ir en bici, por volver a ver el mar…
Pequeñas ilusiones, que antes no valorábamos pero que ahora van a ser la parte
fundamental de nuestra existencia y recuperación.

Y es que la frase “de ilusiones
se vive” se hace ahora y en estos momentos mucho más real. Seguro que al
terminar este confinamiento – y con ello no quiero ser negativa ni agorera – la
situación económica se ve resentida. Por ello la ilusión es ahora mucho más
importante que en cualquier otro momento de la vida que hayamos vivido.
Ahorraremos para comprarnos un mini capricho, administraremos mejor nuestras
finanzas y le daremos a todo lo que tenemos y nos falta el valor real.

Pero la ilusión, ese sentimiento,
nunca debe faltar. Ilusión por volver a vernos, abrazarnos, besarnos sin la
paranoia de que nos vamos a contagiar. Ilusión por volver a reunirnos, a
reírnos, a caminar más de veinte pasos. Ilusión que nos embargará y hará feliz
en cuanto salgamos.

Mientras tanto debemos tener
nuestra mente ocupada para que podamos salir de ésta y cumplamos nuestras
ilusiones al salir. Y esas ilusiones pueden ser profundas o también
superficiales, lo importante es que esas ilusiones nos hagan feliz.

Yo siempre he sido fantasiosa,
con mucha imaginación, así que siempre tengo alguna ilusión en mente. A veces
se hacen realidad y a veces no. Pero después de mis ingresos hospitalarios mi
vida cambió, y la verdad es que desde entonces vivo ilusionada con cualquier
cosa. Me hacen mucha ilusión los viajes, ir al cine, o ponerme un vestido
nuevo. Sí, son ilusiones que nada tienen que ver unas con otras, pero la
realidad es que me hacen feliz. Estrenar un pintalabios, un nuevo maquillaje o
darme una crema fabulosa me hace feliz. Y es que esas cosas me hacen
encontrarme bien, por eso me pone tan contenta hacerlas.

Por eso os recomiendo en estos
días de en ocasiones angustioso encierro, que busquéis ilusiones, fragüeis
ilusiones, y penséis en qué os haría ilusión cuando salgáis. Esas ansias por
hacer lo que os gustaría hacer os mantendrán vivos, firmes, y os ayudarán a
estar en este momento Mäs Que Guap@s!