1

Reflexiones y actitud mental ante el confinamiento por Coronavirus COVID19

Hoy he de reconocer que aunque todavía no he llegado a mi límite de aguante, que por norma general es bastante elevado, ya van haciendo mella en mi mente los pensamientos acerca de cómo vamos a aguantar tantos días con la misma rutina, misma compañía, mismo lugar, sin salir de casa. Y ese mismo pensamiento me acecha sintiéndome a la vez privilegiada, ya que no hay nada mejor que estar en el hogar dulce hogar.

Quizás es porque este
encerramiento involuntario me recuerda los ingresos hospitalarios que he padecido
en mi vida debido al GIST y a sus secuelas. El primero, casi alcanzó el mes de
duración. El segundo fue de doce días, y el último se acercó a los quince, y en
todos los casos se me hicieron interminables. Lo que me ocurrió en todos ellos
fue que tenia fecha de salida, y sin embargo la misma se dilató por la dichosa
fiebre y flebitis que me han acompañado en todas mis intervenciones y estancias
en el hospital.

Sorprendentemente, esa angustia
que me acompañaba cada día, el pensar que me iría a casa al siguiente y nunca
llegaba, había quedado olvidado en mi mente, porque bien es verdad que ese
suplicio terminó en el mismo momento en el que por fin llegué a casa, a mi
hogar. Cuando dormí en mi cama, me dí mi primera ducha yo sola o cuando
acostaba a mis princesas en sus camas y les daba un beso. Qué rápido se vuelve
a la normalidad, y qué lentos pasan y rápido se olvidan los momentos de
incertidumbre que marcan tu existencia.

Es increíble el poder que tiene
la mente de adaptarse a las circunstancias que van apareciendo, pero también
que ahora, cinco años después de la última operación y ocho y medio de la
primera, recuerde esos momentos como en los de mayor impotencia vital que he
sentido. Y es que el enclaustramiento, la falta de libertad de movimientos, y el
no poder salir por circunstancias ajenas a tu voluntad es una sensación que se
lleva fatal.

Sin embargo, esta vez es distinto
porque estoy en mi casa, con mi familia, en mi sofá, durmiendo en mi propia
cama y pudiendo ducharme con agua potable en cualquier momento. La nevera
llena, la televisión funcionando, el teléfono móvil que me conecta con mis
seres queridos y el ordenador portátil que me permite contactar con el mundo
exterior como si en la misma oficina estuviera.

Y no, ahora no siento impotencia ni
desasosiego, sólo aburrimiento, ganas de querer hacer más e inútil porque en mi
estado de paciente de riesgo no puedo ayudar todo lo que me gustaría. Y sí,
también quizá una ligera astenia o puede que tristeza por no poder llegar a
todo, volver a delegar la realización de los pequeños recados, haber tenido que
abandonar mi rutina de golpe.

Sin embargo esta vez es distinto:
estoy en mi casa, sentada en mi sofá, comiendo comida casera que yo misma
elaboro, en la mejor compañía y durmiendo en mi cómoda cama. Y por el momento
me encuentro sana, bien y con fuerzas, con una ligera intranquilidad de no
quedar afectada por el coronavirus pero sobre todo, de que no alcance a los
míos.

Por eso, cuando estos días – y
suele ocurrirme a última hora – me siento un poco cansada de esta situación, mi
mente me regala los tiempos pasados, mis locuras en el hospital, lo largos que
se me hacían los días y lo rápido que se me olvidó cuando por fin recuperé mi
vida y regresé a casa. Entonces me doy cuenta de que estoy donde debo estar, en
mi lugar favorito, con mis personas favoritas, calentita, con comida, sin
dolores y sin que me falte nada. Porque sé que esto pasará, que sirve para que
nadie sufra en el hospital lo que muchos pacientes están padeciendo, porque
evita la saturación del sistema público de salud y porque permite atender a los
pacientes que lo necesitan en las mejores condiciones. 

Y porque al final, cuando ya no
pueda más, siempre puedo recurrir a ponerme a bailar como una loca con la
música bien alta, con las caras de mis clones en modo alucie, y saltar y cantar
como si no hubiera un mañana. Eso siempre me ha hecho sentir Mas Que Guapa! ¿Verdad
mami?

Así que cuando os llegue el
momento de  bajón, que llegará, pensad
que todo pasará, que enseguida volveremos a 
ver el mar, el sol, sentir la brisa o el viento en la cara, respirar
aire puro en la montaña o simplemente pasear por nuestra ciudad con
tranquilidad. Pasará, lo veréis, y os llevaréis una gran enseñanza de vida de
todo esto: Valorar lo que de verdad importa y que tampoco necesitamos tanto
para ser felices. Porque ahora mismo, con dar una vuelta a la manzana,
sentiríamos la gloria!




Iniciativas de entretenimiento ante el aislamiento por el cornavirus COVID 19

Escalera

Sí querid@s lectores, llevo mucho tiempo sin escribir por aquí, pero es que mi vida personal y profesional no me deja ni cinco minutos diarios para escribir. Sin embargo, con este parón obligado en nuestras vidas, he decidido que estos días de aislamiento obligatorio pueden servir para que vuelva de nuevo a retomar esta actividad, y manteneros entretenid@s un rato mientras nos mantenemos encerrados en casa por motivos de emergencia sanitaria.

 Y es que como ya os he manifestado esta mañana
en las redes sociales, estar encerrados en casa, aunque no lo más deseable, no
es ningún castigo, sino más bien una suerte, a la vista de la situación que nos
rodea. Situación sobrevenida que, por otra parte, estoy convencida nos va a
hacer reflexionar y a enseñar que no necesitamos tanto capricho para vivir, y
que lo que de verdad importa en la vida es la salud.

Por eso hoy os propongo una serie
de pautas que podéis seguir aunque estéis en casa si queréis seguir
Masqueguap@s, porque desde luego, lo que no podemos hacer durante este tiempo
sin salir es abandonarnos y estar todo el día tumbados en el sofá, con el
peligro de atrofia muscular, depresión o astenia generalizada que ello
conlleva.

RECOMENDACIONES PARA SEGUIR EN
CASA DURANTE EL PERIODO DE AISLAMIENTO POR EL CORONAVIRUS (COVID 19)

  1. Sigue tu rutina habitual de higiene y belleza. Sigue cuidando tu piel, aplicando las cremas y tratamientos dermoestéticos habituales, y no abandones las prácticas de limpieza e higiene corporal diarias. Porque para evitar contagios es imprescindible seguir los cuidados corporales y faciales esenciales.
  2. Intenta seguir un horario y unos hábitos en materia de sueño, alimentación, higiene y realización de tareas del hogar lo más parecido a tu vida diaria habitual. Y si puede ser, el fin de semana aprovecha para cambiar de actividad, aunque ésta siga siendo desarrollada dentro del domicilio.
  3. Arréglate un poco aunque estés en casa y no salgas a la calle. La dejadez personal puede que después de tanto enclaustramiento te siga acompañando cuando termine esta medida de restricción. No quiere decir que te vistas de fiesta o como si fueras a salir, pero pelo arreglado, ropa de estar en casa cómoda pero favorecedora o piel cuidada son tres elementos que hará que mantengas tu autoestima en estos días. La excusa de que no te va a ver nadie no sirve, porque lo más importante es que tú te veas bien.
  4.   No seas dramático e intenta sonreír y vivir esto con la mejor de tus sonrisas. Nadie dice que vaya a ser fácil, pero recuerda que no estás solo y vives en comunidad. Si desprendes mal genio, ansiedad o preocupación lo transmitirás a los tuyos y enrarecerás el ambiente. Que nos han mandado a casa, no a sufrir al hospital, a la guerra o a una batalla campal. Recuerda la frase mítica de “hogar, dulce hogar” y disfruta de estar protegido, en calma y en familia, aunque la relación a veces sea a distancia y vía telefónica.
  5. Cuida tu salud. Sigue tomando tu mediación habitual, sigue una dieta sana e intenta hacer algo de ejercicio en casa, aunque sean meros estiramientos musculares. En su defecto, corres el riesgo de atrofiarte, cansarte en exceso o enfermar por causa distinta al coronavirus. Recuerda que esta medida de aislamiento se ha adoptado para evitar saturar la sanidad pública.
  6. Disfruta con aficiones sedentarias que habías abandonado por falta de tiempo. Un buen libro, una serie de televisión que llevamos tiempo intentando ver o una buena película son opciones perfectas para pasar el rato.
  7. Aprovecha para organizar la casa. Cambio de armarios, organización de cajones o comienza el cambio de ropa de temporada. Cualquier cosa menos estar quietos.
  8. No hagas locuras absurdas. Esto es, no es el momento de empezar nuevas aficiones si son de riesgo o exigen un estado físico óptimo. Así que cuidado con los tutoriales de disciplinas de exigencia, o subirse a escaleras altas para pintar el techo porque te aburres. Recuerda que no debes hacer actividades de puedan suponer lesione que conlleven una atención sanitaria hospitalaria.
  9. Y para finalizar y cuando estés hart@ de la cuarentena, pensad en que nuestros profesionales sanitarios están dándolo todo con el riesgo que conlleva, y en los empleados de farmacias, supermercados, policías, bomberos, transportistas y servicios mínimos que no se pueden quedar en sus domicilios, a pesar de que el virus sigue activo. Y entonces os daréis cuenta de nuestra fortuna y de que es una suerte poder quedarnos protegidos y en nuestra casa.

Espero que con estos consejos os
sean más llevaderos estos días encerrados y podáis seguir, como siempre, Más
que guap@s! Y yo por mi parte y como ya os adelanto en las redes sociales,
pondré mi granito de arena para entreteneros lo mejor posible. Feliz
aislamiento!