1

Los aplausos de las ocho por la pandemia del Covid

Para mis seguidores de fuera del
país, que sois muchos, contaros que en España, cada tarde, a las ocho, salimos
todas las familias a aplaudir al balcón o a la terraza para agradecer a los sanitarios
todo el esfuerzo que están haciendo con motivo del COVID19 y esta pandemia que
nos trae de cabeza. Después el aplauso se amplió a los farmacéuticos, trabajadores
de la alimentación, transportistas, personal de limpieza, miembros y fuerzas de
seguridad del Estado y resto de trabajadores que siguen en activo para que los
demás podamos quedarnos en casa y no nos falte de nada.

Como paciente de riesgo que soy
debido a que sigo tomando Imatinib, un inmunosupresor para evitar que el GIST
vuelva a aparecer, mañana vienen a hacerme análisis a domicilio, el oncólogo me
atenderá por teléfono y me mandarán la medicación que necesito a mi casa. Esto
sí que es una buena organización y dar la vida por los demás, y el resto
tonterías.

He utilizado por suerte o desgracia
mucho la sanidad pública, y me da pena que nuestros gobernantes la hayan
infravalorado, no sólo al sistema de forma global sino a todos y cada uno de
sus integrantes. Se me cae el alma a los pies cada vez que veo a médicos,
enfermeras, auxiliares y resto de personal sanitario por la televisión sin
equipos de protección individual adecuados, cuando mis amigos hacen turnos de
doce horas con la misma mascarilla y se hacen ellos mismos sus trajes de
protección, o cómo otros se han visto contagiados por atender a sus pacientes
día y noche.

Por eso, creo que los sanitarios
agradecen enormemente los aplausos que les damos a las ocho de la tarde,
pensando en ellos y dándoles ánimo para seguir en estos momentos difíciles.
Ellos ahora son nuestros héroes y así lo entiende el conjunto de la sociedad.
Pero a mí, que me encanta mirar más allá, me gustaría que a la vez que les
aplaudimos, pensáramos que héroes seguirán siendo siempre, y no sólo ahora, por
la crisis del momento, sino después, cuando todo pase.

A partir de ahora, me gustaría
que cada vez que vayamos a una sala de espera de un médico y no nos atiendan a
la hora exacta nadie proteste ni diga ni mu. Me gustaría también que se les
diera una compensación económica importante por todo el esfuerzo que están realizando
por salvar vidas por encima de la suya y la de sus familias, y que luego no se
olvidará y se diga que “era su obligación”. Me gustaría también que se les
hagan contratos dignos y se terminen las contrataciones basura, que salgan
miles de plazas en propiedad para que la formación que han recibido en España
se quede en España, y que se valore a los que sobresalen por encima de los
demás y se les den cargos de responsabilidad en el sector sanitario, y no lo
ocupe un político a dedo que ningún conocimiento tenga del sector de la
sanidad.

Me gustaría también que se tenga
en consideración a los empleados de los supermercados que siguen trabajando sin
descanso y no pongamos mala cara cuando a la cajera le cuesta más pasar los
códigos de los productos por la caja porque tenemos prisa. Que no exijamos que
coloquen un producto que se ha terminado de forma inmediata y que tengamos
paciencia cuando nos toque esperar en la carnicería o la charcutería el turno
que se nos ha asignado.

Que cada vez que abramos la puerta
a un repartidor de productos que hemos pedido por internet seamos amables con
ellos y no les reprendamos si nuestro pedido no ha llegado a la hora exacta.
Que les demos las gracias, les digamos que se cuiden y le sonriamos de verdad,
porque gracias a ellos nos están llegado nuestros ansiados pedidos que nos
mantienen vivos y con ilusión estos días.

También querría que se
considerara la estupenda labor de los farmacéuticos y los empleados de
farmacia, que atienden siempre muy amables y cuyos clientes habituales forman
ya casi parte de su familia. Que igual nos asesoran cuando nos duele la cabeza,
si cogemos un resfriado o tenemos la piel seca. La atención que prestan es tan
integral que salvo en casos urgentes y excepcionales incluso con su
asesoramiento descongestionan las urgencias.

Aplaudir, además, el excelente y
sacrificado trabajo que están realizando los trabajadores de los centros y
residencias de mayores; Cuánto sufrimiento, cuanto dolor, y cómo algunos
incluso han decidido confinarse con sus residentes para hacerles la vida más
fácil, acompañaros las veinticuatro horas y no abandonarlos. Cuando alguien te
critique porque por necesidad o cualquier motivo debamos ingresar a un familiar
en una residencia, recordad que no se le está abandonando, sino dejándolo en
las mejores manos. Esos contratos del personal de geriatría deberían también
revisarse al alza, porque ahora y siempre también son esenciales para nuestros
mayores.

Y sobre todo, hay que aplaudir y
agradecer cada día la apertura del comercio local, ese de proximidad, y de esos
supermercados que abren cada día y nos proporcionan comida sana, fresca y de
calidad. Porque ahora, más que nunca, debemos apoyarnos entre nosotros y sacar
el país adelante.

Así que recordad, cada vez que
salgáis a aplaudir, a lo que ya se ha oficializado como #aplausosanitario no se
nos olvide lo que estamos haciendo con esas ovaciones cuando todo esto termine.
En ese momento, los sanitarios, médicos, enfermeras, auxiliares, y resto de
personal del sistema sanitario español estarán agotados, exhaustos, y entonces
rememorarán todo el horror que han vivido, y deberán seguir. Así que venga,
vamos a continuar sobreviviendo al covid19 pero también a acumular propósitos
para que cando salgamos nosotros les hagamos a nuestros héroes la vida mejor.
Eso sí es de ser MAsqueguap@s! ¿Te apuntas?               




Qué pasará cuando salgamos?

El otro día os hacía la reflexión
de qué haremos cuando salgamos del confinamiento por el coronavirus, pero hoy
quiero haceros pensar sobre en realidad qué pasará de verdad. Una cosa es
hablar de nuestros deseos y lo que queremos hacer, y otra cosa muy distinta es
ser conscientes de qué pasará en realidad y cómo vamos a cambiar como personas,
como sociedad, como familia, como comunidad.

Por una parte y la más fácil,
considero que vamos a extremar más las medidas higiénicas que ahora hemos
puesto en funcionamiento. Ya no nos parecerá raro ver a alguien en el autobús o
en el metro con mascarilla (ya no será objeto de burla pensando que la gente es
muy exagerada) ni a la gente con gel hidroalcohólico en el bolso. Tampoco nos
parecerá extraño que las personas se laven las manos continuamente, y que nos
niños no muevan un dedo sin tener las manos impolutas.

Otra cosa que tardaremos en
volver a realizar son las reuniones masivas o multitudinarias. Muchos de los
contagios producidos por el COVID19 se han producido en manifestaciones,
concentraciones sociales de grandes dimensiones o en reuniones con muchos asistentes.
Por eso nos costará un poco más acudir a un concierto, salir a manifestarnos
por algo en lo que creemos o hacer convocatorias sociales de muchos invitados.
De hecho, considero que las autoridades sanitarias esperarán cierto tiempo
hasta que se permitan las reuniones sociales de un numero alto de comensales,
pero al final todo llegará.

Por otra parte, nuestros vecinos
serán ya parte de nuestra familia. EL poco amable y soso hola que nos decimos
parcamente en el ascensor se convertirá en una charla sobre la familia, la
salud, no sólo del tiempo. En estas salidas a aplaudir a las ocho de la tarde a
los sanitarios, farmacéuticos, personal dedicado a la alimentación,
trasportistas y miembros y fuerzas de seguridad del Estado, entre otros, hemos
generado sin saberlo unos lazos irrompibles con los que viven más cerca de
nosotros.

Una ola de solidaridad con
nuestros mayores dará lugar a que pongamos a los ancianos en el sitio que
realmente merecen. Después de ver esas imágenes en donde ingresados en el
hospital por el COVID19 no los oímos quejarse ni un minuto, esa fortaleza con
la que las personas que viven solas han demostrado conformarse con lo que les
toca, o esos abuelos que se encuentran aislados y su mayor alegría es recibir
la llamada de sus hijos o  nietos. Con
ese ejemplo de fortaleza, valentía y resiliencia que nos han demostrado,
aprenderemos a valorar a nuestros ancianos y echaremos de menos a los que la
enfermedad tristemente se ha llevado en circunstancias muy dramáticas.

También deberemos acordarnos y
estar pendientes de todas esas familias y personas cuyas vidas no podrán
regresar a la normalidad por mucho que nos dejen salir de casa. Son esos que
han perdido a un ser querido y no han podido velarlo ni enterrarlo como
hubieran deseado por las condiciones impuestas por la enfermedad; A todos esos
sanitarios que han trabajando codo con codo extenuados enfrentándose con la
enfermedad y contagiándose de la misma por cuidar a los enfermos, con la fatiga
psicológica que ello conlleva; Y a todos esos trabajadores de farmacias,
supermercados, comercios de alimentación, transportistas y camioneros,
repartidores, y demás servicios mínimos 
denominados esenciales que han tenido que seguir desempeñando su trabajo
sin poder protegerse en casa de la crudeza del virus, y por ende no han podido cuidar
de sus familias tanto como quisieran. A todas esas personas, además de
aplaudirles, deberemos tratarles todavía con más cariño, pues estarán agotados
y psicológicamente desbaratados.

Otra reflexión que os hago es que
seguro que nuestra apariencia física acaba cambiando. Nos hemos dado cuenta con
el confinamiento que no necesitamos tener veinte bolsos y doscientos modelos en
el armario. Con lo básico, y lo que nos queda bien tenemos suficiente. Eso sí, habrá
que darse algún capricho que otro para levantar el ánimo, y lo mejor, por
supuesto, será optar por la moda española, la mejor que tenemos, número uno del
mundo, y por supuesto comprarla en establecimientos de nuestra ciudad, que
habrá que dar un impulso a nuestro comercio de proximidad y a nuestros grandes
almacenes que tanto hacen por la moda España. Y además favoreceremos su
contratación y continuidad en el negocio, que no es poco.

Lo que seguro no va a cambiar, y
aquí os dejo mi reflexión con humor, es el volver a la peluquería. Eso seguro
que se colapsa en cuanto salgamos de casa. Las que llevamos mechas o
coloración, saldremos al exterior con una especie de mechas californianas muy
personales, por decirlo finamente. Las que tienen canas estarán muy de moda,
porque su pelo será bicolor, y las que querían llevar el pelo corto llevarán
una ligera melenita muy mona pero completamente desestructurada. Pero oye, que
igual cambian las tendencias y como ahora se lleva todo, pues que estos
melenones que nos están quedando y estos multicolores en el pelo igual acaban
siendo tendencia!

Pero lo más importante de esta
experiencia, traumática para todos y muy repentina a su vez, debe estar en un
cambio en nuestro interior. Tanto el estar encerrados como en primera línea
enfrentados al COVID19 debe volvernos mejor personas, más empáticas, más
solidarias, más abiertas y felices, y más disfutonas con las pequeñas cosas.
Porque estas experiencias en la vida, y en este caso este sufrimiento universal,
debe abrirnos la mente para valorar al final lo que de verdad importa. Y
eso sí que será ser Más Que Guapa!

Así que mientras tanto, y desde
donde quiera que os encontréis en este momento, apuntaros a cualquier actividad
solidaria para ayudar a los demás. Desde confeccionar mascarillas a escribir
cartas a los enfermos que están solos ingresados, cualquier ayuda es poca para
poner nuestro granito de arena en la sociedad y sobre todo, con la labor de
quedarse en casa estamos evitando el incremento de los contagios masivos, y por
ende, salvando vidas. Así que adelante Mäs Que Guap@s juntos podemos con todo!  




Cosas que hacer durante la cuarentena por Coronavirus COVID-19

Hoy nos acabamos de enterar que
nuestro confinamiento va a durar más de lo anunciado. Bueno, es lo que
esperábamos todos, aunque en nuestro fuero interno lo quisiéramos negar. Aún no
hemos llegado a frenar la curva, así que tenemos que hacer todo lo que esté en
nuestra mano para frenar el virus y el número de contagios, tanto a personas
vulnerables como al resto de la población. Así que no queda otra, pero por el
momento #YoMeQuedoEnCasa.

Y una vez llevamos más de una
semana confinados, sin ganas ya de hacer nada, sin ánimo, ni ganas y sin poder
salir – ni expectativas de ello -, ¿Qué podemos hacer para poder combatir el
aburrimiento?

IDEAS PARA HACER EN CASA
MIENTRAS ESTAMOS EN CUARENTENA POR CORONAVIRUS

La verdad es que en este estado de permanente sin vivir no nos quedan muchas ganas de hacer actividades lúdicas; entre el teletrabajo, las tareas del hogar y el cuidado de los niños poco tiempo libre queda, y menos gana de hacer algo de disfrute para entretenernos y pasar un rato agradable en casa. Pero aun así, debemos se fuertes y buscar ganas de donde no las haya para poder sobrevivir y no volvernos locos en estos días de confinamiento. Por eso os propongo una serie de ideas fáciles para disfrutar y estar entretenidos en casa mientras dure la situación de aislamiento social por coronavirus. Aquí os dejo unas cuantas ideas:

  1. ELIGE
    CONJUNTOS DE ROPA FAVORECEDORES E INTENTA INNOVAR CON LO QUE TIENES EN EL
    ARMARIO: Cuando te levantes y te vistas, elige conjuntos cómodos pero que te
    gusten y con los que estés favorecida; y si tienes que pegarte media hora para
    ello, tranquila porque ¡Tienes tiempo! Crea tus propios conjuntos y dale rienda
    suelta a tu imaginación: seguro que entre la ropa que hace tiempo que no te
    pones encuentras verdaderas prendas que ahora y por no poder salir redescubres
    y te vuelven a parecer ideales.
  2. HAZ
    ESAS RECETAS DE COCINA que siempre ves en las redes sociales y nunca las haces
    porque no tienes tiempo. Es hora de ampliar la variedad de tus menús,
    aficionarte a la cocina si no te gusta o ampliar horizontes si se te da bien.
  3. Deja
    un espacio de tu tiempo para tu CUIDADO FACIAL Y CORPORAL. La realidad es que
    cuando salgamos, nuestro estado físico si no lo cuidamos se verá resentido con
    tanta inactividad. Por ello, dedica cada día un poco de tiempo a mimarte:
    aprovecha para ponerte esa mascarilla facial que nunca tienes tiempo de
    ponerte, darte crema hidratante por el cuerpo, disfrutando de su aroma, o
    utilizar ese champú para el pelo que te regalaron y te da pena utilizar. Aunque
    ano salgas de casa no tienes que parecer recién salida del sótano.
  4. INICIA
    NUEVAS ACTIVIDADES QUE EN UN MOMENTO DADO TE HUBIERA GUSTADO HACER. Con los
    tutoriales por internet, ahora puedes hacer todo lo que te propongas. Es un
    buen momento para comenzar actividades sedentarias como punto, ganchillo o
    costura. También para hacer tus propios abalorios, customizar tu ropa o quizá
    comenzar a pintar. Es tu momento.
  5. HAZ
    UN POCO DE EJERCICIO DIARIO, pero recuerda que no es el momento de volverte
    olímpic@. Ello significa que realices ejercicio adecuado a tu capacidad y a lo
    que estás acostumbrado hacer; No queremos ni podemos ir a urgencias por ninguna
    lesión que te hayas provocado tú mism@ en casa, y que el confinamiento está
    pensado, entre otras cosas, para no saturar las urgencias.
  6. No
    olvides nunca seguir cultivándote intelectualmente. Por eso, LEER ES
    FUNDAMENTAL: LEER LA PRENSA TRANQUILAMENTE, UN LIBRO O UNA REVISTA DE UN TEMA
    QUE TE GUSTE te mantendrán con la mente firme y en su sitio, y seguirás cuerd@ y
    con el nivel intelectual imprescindible para superar este confinamiento.
  7. Y
    por último y no por ello menos importante, aprovecha para LLAMAR POR TELÉFONO A
    ALGUIEN QUE HACE MUCHO QUE NO VES y has perdido el contacto habitual por falta
    de tiempo. Ahora todos estamos aburridos, con ganas de hablar de temas que no
    sean el coronavirus o el covid19, así que es el momento de recuperar viejas
    costumbres como hablar directamente y no por mensajes o whatsApps. Transmitir
    oralmente nuestros sentimientos, inquietudes y experiencias es algo muy
    enriquecedor y que además nos hace cambiar de aires, actividad esencial cuando
    no puedes salir de casa.

Así que en estos momentos en los
que tenemos tanto tiempo libre por delante, aprovechad y pensad que cuando
volvamos todo volverá a la normalidad, y nunca más volveremos a estar tanto
tiempo en casa. Y es una idea estupenda para estar Más Que Guap@s!




La ilusión en estos momentos de incertidumbre por el coronavirus COVID19

 En estos momentos difíciles, de incertidumbre,
desasosiego y miedo a lo desconocido, hay un sentimiento que estemos donde
estemos, no debe faltar en nuestra actitud: La ilusión. Para sobrellevar estos
días de encierro involuntario, confinamiento o el ya famoso #YoMeQuedoEnCasa , es
imprescindible que nunca nunca perdamos la ilusión.

La ilusión es un sentimiento que
a menudo tenemos y pocas veces reconocemos. En un mundo globalizado, en el que
ahora con un simple click podemos acceder a todo lo que ansiemos, es bueno que
volvamos a rescatar el sentimiento de la ilusión. Ilusión por comenzar un
negocio, ilusión por comprar la primera una casa, ilusión por celebrar una boda
o ilusión por hacer el viaje de tus sueños.

Y eso es lo que nos va a pasar
cuando salgamos de aquí, de nuestra casa, de nuestro hogar. Nos mantenemos
encerrados pensando en lo que podríamos hacer en ese momento, cuando lo que
deberíamos es crear ilusiones para cuando salgamos.

¿Qué tipo de ilusiones tendremos,
qué ilusiones tienes tú? Quizá estos días de confinamiento nos lleven a valorar
las cosas que de verdad importan, y además lo que realmente te importa a ti.
Quizá tantos días sin tener un quehacer atractivo nos pueden llevar a imaginar
qué querremos hacer cuando salgamos, o qué cosas de nuestra vida cambiaremos
cuando todo vuelva a la normalidad. Ilusiones pequeñas, que pueden llegar a
ser, en estos momentos, lo más grande.

Ilusión por ver el mar, Ilusión
por volver a arreglarnos y pintarnos los labios de rojo, ilusión por comernos
un croissant recién hecho o por comprarnos un café para llevar. Ilusión por
volver a dar un paseo por el parque, por ir en bici, por volver a ver el mar…
Pequeñas ilusiones, que antes no valorábamos pero que ahora van a ser la parte
fundamental de nuestra existencia y recuperación.

Y es que la frase “de ilusiones
se vive” se hace ahora y en estos momentos mucho más real. Seguro que al
terminar este confinamiento – y con ello no quiero ser negativa ni agorera – la
situación económica se ve resentida. Por ello la ilusión es ahora mucho más
importante que en cualquier otro momento de la vida que hayamos vivido.
Ahorraremos para comprarnos un mini capricho, administraremos mejor nuestras
finanzas y le daremos a todo lo que tenemos y nos falta el valor real.

Pero la ilusión, ese sentimiento,
nunca debe faltar. Ilusión por volver a vernos, abrazarnos, besarnos sin la
paranoia de que nos vamos a contagiar. Ilusión por volver a reunirnos, a
reírnos, a caminar más de veinte pasos. Ilusión que nos embargará y hará feliz
en cuanto salgamos.

Mientras tanto debemos tener
nuestra mente ocupada para que podamos salir de ésta y cumplamos nuestras
ilusiones al salir. Y esas ilusiones pueden ser profundas o también
superficiales, lo importante es que esas ilusiones nos hagan feliz.

Yo siempre he sido fantasiosa,
con mucha imaginación, así que siempre tengo alguna ilusión en mente. A veces
se hacen realidad y a veces no. Pero después de mis ingresos hospitalarios mi
vida cambió, y la verdad es que desde entonces vivo ilusionada con cualquier
cosa. Me hacen mucha ilusión los viajes, ir al cine, o ponerme un vestido
nuevo. Sí, son ilusiones que nada tienen que ver unas con otras, pero la
realidad es que me hacen feliz. Estrenar un pintalabios, un nuevo maquillaje o
darme una crema fabulosa me hace feliz. Y es que esas cosas me hacen
encontrarme bien, por eso me pone tan contenta hacerlas.

Por eso os recomiendo en estos
días de en ocasiones angustioso encierro, que busquéis ilusiones, fragüeis
ilusiones, y penséis en qué os haría ilusión cuando salgáis. Esas ansias por
hacer lo que os gustaría hacer os mantendrán vivos, firmes, y os ayudarán a
estar en este momento Mäs Que Guap@s!  




Ideas para vestir en casa mientras estamos encerrados por el Coronavirus

Uno de los consejos que
reiteradamente están dando los psicólogos para sobrellevar el confinamiento por
el coronavirus es cumplir una rutina y, por encima de todo, ducharte, vestirte
y asearte como si fuera un día normal y te fueras a trabajar. El teletrabajo y
el encierro con los niños hace que nos dé mucha pereza sacar la ropa del
armario, pero es indispensable quitarse el pijama y ponerse a funcionar
aproximadamente a la misma hora en la que haríamos nuestras tareas en nuestra
rutina habitual.

Estas pautas de conducta no hay
que confundirlas con los mensajes equivocados que muchas veces se oyen en las
redes sociales. Hoy he oído un comentario de una famosa patria que mencionaba
que si le pillaba el coronavirus al menos que le pillara guapa, peinada,
maquillada y, a poder ser, de peluquería. Además de parecerme una broma y
comentario de muy mal gusto, es necesario destacar que el maquillaje es una de las
principales vías de contagio del coronavirus, porque aunque una de las normas a
seguir es no tocarse la cara con las manos, el maquillaje por sí mismo puede
retener el virus, y por ende, me parece absurda la idea de maquillarse o
hacerse ondas mientras estás encerrada en casa.

Otra cosa es que debamos cuidar
nuestro aspecto e imagen para sentirnos bien con nosotros mismos, guapos,
aseados, y con aspecto saludable. Un poquito de crema hidratante con color si
queréis, un pelo limpio y retocado – si así os véis mejor – y sobre todo, una
apariencia estética favorecedora nos harán mantener la salud mental en estos
días de desesperación.

Una cosa es no vestirse de tiros
largos para estar en casa, y otra muy distinta ir deambulando en chandal o con
ropa vieja día si día también por el mero hecho de que nadie te va a ver. Los
leggins, las sudaderas y la ropa de deporte están muy bien para un rato, pero
no para llevarlo todo el día. Es evidente que tampoco hay que ponerse el ultimo
modelo adquirido o tu ropa más preciada, pero sí muy aconsejable cambiar cada
día de conjunto y que éste sea cómodo pero favorecedor al mismo tiempo.

Si realizas teletrabajo desde
casa e incluso te conectas de vez en cuando por Skype o videoconferencia a
distancia, una buena imagen es esencial. Un pantalón ancho para trabajar, que
no apriete ni moleste, de pana o vaquero, y una camisa un poco más formal, dará
una imagen seria de nosotros y además creíble, especialmente cuando tratamos
con un jefe, un cliente o un familiar cercano, que se alegrará de vernos
arreglados y en funcionamiento pleno.

Para hacer las tareas del hogar
es evidente que no proceden las lentejuelas, pero el look de vaquero y camiseta
blanca es adecuado para toda ocasión. Un vestido suelto de flores o colores
veraniegos también puede servir para alegrar nuestro rostro y hacernos creer
que estamos cada vez más cerca del verano y del final del encierro.

Lo esencial desde luego es
levantarse y cambiarse de ropa, y cada día una ropa distinta, porque con el
tema del coronavirus es muy importante que vayamos lavando nuestras prendas a
diario o al menos cada vez que nos las pongamos. Por eso no procede utilizar
vestidos delicados de difícil limpieza, pero las prendas de punto pueden ser
muy atractivas para estos días, ya que son muy actuales, permiten libertad de
movimientos, y resultan cómodas y muy amorosas.

Otra idea que me encanta para
vestir estos días es un peto vaquero, que este año está muy de moda, e ir
jugando con la camiseta o camisa que hay que colocar debajo. Los looks de
camisas boho chic o ciertos outfits tendencia hippie son también una buenísima
opción.

No obstante, elige siempre
prendas amplias y cómodas, pero en especial actuales y favorecedoras. Que si ya
llevamos regular esto del encierro obligado, al menos que nuestra autoestima
siga bien alta y nuestra creatividad y estilo también.

No podemos dejar que la
imposibilidad de salir de casa nos convierta en personas dejadas, sin ilusión y
por ende tristes y alicaídas. Por eso os propongo una idea más para que pase lo
que pase y en este confinamiento involuntario estemos todos siempre Más que
Guapos! 




Reflexiones y actitud mental ante el confinamiento por Coronavirus COVID19

Hoy he de reconocer que aunque todavía no he llegado a mi límite de aguante, que por norma general es bastante elevado, ya van haciendo mella en mi mente los pensamientos acerca de cómo vamos a aguantar tantos días con la misma rutina, misma compañía, mismo lugar, sin salir de casa. Y ese mismo pensamiento me acecha sintiéndome a la vez privilegiada, ya que no hay nada mejor que estar en el hogar dulce hogar.

Quizás es porque este
encerramiento involuntario me recuerda los ingresos hospitalarios que he padecido
en mi vida debido al GIST y a sus secuelas. El primero, casi alcanzó el mes de
duración. El segundo fue de doce días, y el último se acercó a los quince, y en
todos los casos se me hicieron interminables. Lo que me ocurrió en todos ellos
fue que tenia fecha de salida, y sin embargo la misma se dilató por la dichosa
fiebre y flebitis que me han acompañado en todas mis intervenciones y estancias
en el hospital.

Sorprendentemente, esa angustia
que me acompañaba cada día, el pensar que me iría a casa al siguiente y nunca
llegaba, había quedado olvidado en mi mente, porque bien es verdad que ese
suplicio terminó en el mismo momento en el que por fin llegué a casa, a mi
hogar. Cuando dormí en mi cama, me dí mi primera ducha yo sola o cuando
acostaba a mis princesas en sus camas y les daba un beso. Qué rápido se vuelve
a la normalidad, y qué lentos pasan y rápido se olvidan los momentos de
incertidumbre que marcan tu existencia.

Es increíble el poder que tiene
la mente de adaptarse a las circunstancias que van apareciendo, pero también
que ahora, cinco años después de la última operación y ocho y medio de la
primera, recuerde esos momentos como en los de mayor impotencia vital que he
sentido. Y es que el enclaustramiento, la falta de libertad de movimientos, y el
no poder salir por circunstancias ajenas a tu voluntad es una sensación que se
lleva fatal.

Sin embargo, esta vez es distinto
porque estoy en mi casa, con mi familia, en mi sofá, durmiendo en mi propia
cama y pudiendo ducharme con agua potable en cualquier momento. La nevera
llena, la televisión funcionando, el teléfono móvil que me conecta con mis
seres queridos y el ordenador portátil que me permite contactar con el mundo
exterior como si en la misma oficina estuviera.

Y no, ahora no siento impotencia ni
desasosiego, sólo aburrimiento, ganas de querer hacer más e inútil porque en mi
estado de paciente de riesgo no puedo ayudar todo lo que me gustaría. Y sí,
también quizá una ligera astenia o puede que tristeza por no poder llegar a
todo, volver a delegar la realización de los pequeños recados, haber tenido que
abandonar mi rutina de golpe.

Sin embargo esta vez es distinto:
estoy en mi casa, sentada en mi sofá, comiendo comida casera que yo misma
elaboro, en la mejor compañía y durmiendo en mi cómoda cama. Y por el momento
me encuentro sana, bien y con fuerzas, con una ligera intranquilidad de no
quedar afectada por el coronavirus pero sobre todo, de que no alcance a los
míos.

Por eso, cuando estos días – y
suele ocurrirme a última hora – me siento un poco cansada de esta situación, mi
mente me regala los tiempos pasados, mis locuras en el hospital, lo largos que
se me hacían los días y lo rápido que se me olvidó cuando por fin recuperé mi
vida y regresé a casa. Entonces me doy cuenta de que estoy donde debo estar, en
mi lugar favorito, con mis personas favoritas, calentita, con comida, sin
dolores y sin que me falte nada. Porque sé que esto pasará, que sirve para que
nadie sufra en el hospital lo que muchos pacientes están padeciendo, porque
evita la saturación del sistema público de salud y porque permite atender a los
pacientes que lo necesitan en las mejores condiciones. 

Y porque al final, cuando ya no
pueda más, siempre puedo recurrir a ponerme a bailar como una loca con la
música bien alta, con las caras de mis clones en modo alucie, y saltar y cantar
como si no hubiera un mañana. Eso siempre me ha hecho sentir Mas Que Guapa! ¿Verdad
mami?

Así que cuando os llegue el
momento de  bajón, que llegará, pensad
que todo pasará, que enseguida volveremos a 
ver el mar, el sol, sentir la brisa o el viento en la cara, respirar
aire puro en la montaña o simplemente pasear por nuestra ciudad con
tranquilidad. Pasará, lo veréis, y os llevaréis una gran enseñanza de vida de
todo esto: Valorar lo que de verdad importa y que tampoco necesitamos tanto
para ser felices. Porque ahora mismo, con dar una vuelta a la manzana,
sentiríamos la gloria!




Iniciativas de entretenimiento ante el aislamiento por el cornavirus COVID 19

Escalera

Sí querid@s lectores, llevo mucho tiempo sin escribir por aquí, pero es que mi vida personal y profesional no me deja ni cinco minutos diarios para escribir. Sin embargo, con este parón obligado en nuestras vidas, he decidido que estos días de aislamiento obligatorio pueden servir para que vuelva de nuevo a retomar esta actividad, y manteneros entretenid@s un rato mientras nos mantenemos encerrados en casa por motivos de emergencia sanitaria.

 Y es que como ya os he manifestado esta mañana
en las redes sociales, estar encerrados en casa, aunque no lo más deseable, no
es ningún castigo, sino más bien una suerte, a la vista de la situación que nos
rodea. Situación sobrevenida que, por otra parte, estoy convencida nos va a
hacer reflexionar y a enseñar que no necesitamos tanto capricho para vivir, y
que lo que de verdad importa en la vida es la salud.

Por eso hoy os propongo una serie
de pautas que podéis seguir aunque estéis en casa si queréis seguir
Masqueguap@s, porque desde luego, lo que no podemos hacer durante este tiempo
sin salir es abandonarnos y estar todo el día tumbados en el sofá, con el
peligro de atrofia muscular, depresión o astenia generalizada que ello
conlleva.

RECOMENDACIONES PARA SEGUIR EN
CASA DURANTE EL PERIODO DE AISLAMIENTO POR EL CORONAVIRUS (COVID 19)

  1. Sigue tu rutina habitual de higiene y belleza. Sigue cuidando tu piel, aplicando las cremas y tratamientos dermoestéticos habituales, y no abandones las prácticas de limpieza e higiene corporal diarias. Porque para evitar contagios es imprescindible seguir los cuidados corporales y faciales esenciales.
  2. Intenta seguir un horario y unos hábitos en materia de sueño, alimentación, higiene y realización de tareas del hogar lo más parecido a tu vida diaria habitual. Y si puede ser, el fin de semana aprovecha para cambiar de actividad, aunque ésta siga siendo desarrollada dentro del domicilio.
  3. Arréglate un poco aunque estés en casa y no salgas a la calle. La dejadez personal puede que después de tanto enclaustramiento te siga acompañando cuando termine esta medida de restricción. No quiere decir que te vistas de fiesta o como si fueras a salir, pero pelo arreglado, ropa de estar en casa cómoda pero favorecedora o piel cuidada son tres elementos que hará que mantengas tu autoestima en estos días. La excusa de que no te va a ver nadie no sirve, porque lo más importante es que tú te veas bien.
  4.   No seas dramático e intenta sonreír y vivir esto con la mejor de tus sonrisas. Nadie dice que vaya a ser fácil, pero recuerda que no estás solo y vives en comunidad. Si desprendes mal genio, ansiedad o preocupación lo transmitirás a los tuyos y enrarecerás el ambiente. Que nos han mandado a casa, no a sufrir al hospital, a la guerra o a una batalla campal. Recuerda la frase mítica de “hogar, dulce hogar” y disfruta de estar protegido, en calma y en familia, aunque la relación a veces sea a distancia y vía telefónica.
  5. Cuida tu salud. Sigue tomando tu mediación habitual, sigue una dieta sana e intenta hacer algo de ejercicio en casa, aunque sean meros estiramientos musculares. En su defecto, corres el riesgo de atrofiarte, cansarte en exceso o enfermar por causa distinta al coronavirus. Recuerda que esta medida de aislamiento se ha adoptado para evitar saturar la sanidad pública.
  6. Disfruta con aficiones sedentarias que habías abandonado por falta de tiempo. Un buen libro, una serie de televisión que llevamos tiempo intentando ver o una buena película son opciones perfectas para pasar el rato.
  7. Aprovecha para organizar la casa. Cambio de armarios, organización de cajones o comienza el cambio de ropa de temporada. Cualquier cosa menos estar quietos.
  8. No hagas locuras absurdas. Esto es, no es el momento de empezar nuevas aficiones si son de riesgo o exigen un estado físico óptimo. Así que cuidado con los tutoriales de disciplinas de exigencia, o subirse a escaleras altas para pintar el techo porque te aburres. Recuerda que no debes hacer actividades de puedan suponer lesione que conlleven una atención sanitaria hospitalaria.
  9. Y para finalizar y cuando estés hart@ de la cuarentena, pensad en que nuestros profesionales sanitarios están dándolo todo con el riesgo que conlleva, y en los empleados de farmacias, supermercados, policías, bomberos, transportistas y servicios mínimos que no se pueden quedar en sus domicilios, a pesar de que el virus sigue activo. Y entonces os daréis cuenta de nuestra fortuna y de que es una suerte poder quedarnos protegidos y en nuestra casa.

Espero que con estos consejos os
sean más llevaderos estos días encerrados y podáis seguir, como siempre, Más
que guap@s! Y yo por mi parte y como ya os adelanto en las redes sociales,
pondré mi granito de arena para entreteneros lo mejor posible. Feliz
aislamiento!




5º Aniversario Más Que Guapa

Ya hace cinco años que mi maratonman y yo comenzamos esta gran aventura. La idea de fundar Más Que Guapa fue casual, como casi todo en la vida. La propuesta de hacer un blog y las ganas de ayudar a los demás hicieron el resto.

Tras mi diagnóstico fatal del GIST, la primera intervención quirúrgica y poder superarlo, junto con la necesidad de tomar un tratamiento médico, GLIVEC (Imanitib), muy efectivo pero cuyos efectos secundarios eran bastante desconocidos, decidimos emprender la gran tarea de animar a otras personas que hubieran pasado por lo mismo a que se sintieran mejor; que tuvieran esa página web que yo nunca tuve con consejos de moda y belleza con los que se sintieran bien, pasara lo que pasara.

A mis primeras lectoras con el mismo diagnóstico, cuyos mensajes de apoyo y agradecimiento me enternecieron y emocionaron, se unieron otras con problemas distintos al mío, que me dieron ánimos para seguir con este viaje y continuar con mi tarea, siempre altruista y filantrópica, de aconsejar en todos aquellos aspectos que se pueden cambiar para continuar viviendo en la vida Más Que Guapa, esto es, muy por encima de la belleza exterior, y con felicidad y paz interior. Mujeres valientes, luchadoras y a las que nada ni nadie se les pone por delante.

Conforme fue pasando el tiempo comencé a recibir mensajes, propuestas de colaboraciones, participaciones en eventos y lo mejor, el cariño de mis lectores y las ganas de seguir leyendo mis crónicas, más o menos acertadas, pero que a ellos les encantaban. Y digo a ellos porque en el trayecto se fueron uniendo Masqueguapos de renombre, conocidos y anónimos que decidieron seguirme y apoyarme porque a ellos también les servían mis consejos y sugerencias.

En estos cinco años he conocido a gente nueva maravillosa, de la que hoy me siento muy orgullosa de conocer y poder colaborar. A sorprendentes médicos especialistas – oncólogos, dermatólogos, psiquiatras – y farmacéuticos que siguen estudiando, investigando y ayudando a los enfermos a que su vida sea mejor, sin otro interés que su vocación de servicio a los demás. A enfermos valientes luchadores que siguen en tratamiento y no dejan que su inquietud moleste a los demás. A aquellos que en su vida fueron pacientes y hoy, sanos, han decidido dedicar su existencia a ayudar a los que sufrieron lo mismo.

Quinto Aniversario

Pero la gran sorpresa ha sido descubrir que el mundo de la moda y la belleza es mucho más solidario de lo que se proyecta y se piensa, y lo mucho que ayuda a un bienestar físico y emocional. Nunca he recibido un no por respuesta cuando les he propuesto una colaboración; siempre me han mimado, vestido, peinado y maquillado con un cariño increíble, haciéndome sentir en ocasiones incluso más bella que una estrella de Hollywood. Siempre había una solución para que mi piel fuera perfecta, mi estilismo el adecuado, mi cabello envidiado y mi maquillaje solicitado. Nunca han permitido que dejara de sentirme Más Que Guapa y con el paso del tiempo han seguido inyectándome esa dosis de optimismo que sólo ellos pueden generar para que tenga la imagen que tengo ahora.

En un momento dado mi humilde fama comenzó a extenderse y comencé mi todavía hoy incipiente carrera de “influencer”. En ello me ayudaron grandes personalidades y firmas que confiaron en mí y en el mensaje que transmitía, sin conocerme de antemano, y fue una sorpresa inesperada. Gracias a esta nueva actividad he hecho grandes descubrimientos; personas dedicadas a distintos ámbitos pero con las que nos une un objetivo común: nuestro amor por la moda y la belleza y la idea de transmitirlo como mejor sabemos. Ahora tengo una pareja artística, con el que paso ratos fabulosos e incluso me asesora sobre lo que debo ponerme. Amigos fotógrafos, periodistas, personal shoppers, responsables de comunicación y diseñadores de moda con los que da gusto conversar, y un grupo de compañeros de eventos, auténticos, inigualables e inimitables a los que nunca les falta un piropo que dedicarte y con los que es un placer asistir a presentaciones, desfiles y charlas.

Estos cinco años han sido duros – nuevas intervenciones, algún que otro ingreso hospitalario, pruebas y pinchazos – pero por encima de todo muy gratificantes. Siempre dije que con que a una persona le sirviera el blog me sentiría recompensada, pero en realidad la mayor beneficiada de todo esto he sido yo. Que una experiencia fatídica en la vida te haya cambiado de tal manera que puedas transmitir alegría de vivir no tiene precio. Que llegues incluso a agradecer devenires de la vida como algo bueno a largo plazo tampoco.

Y todo esto no hubiera sido posible sin mi entorno, mi familia y mis amigos de siempre. Quisiera dar las gracias a mi amor maratoniano por montarme este maravilloso blog, nunca decirme no a nada ni sugerirme que no era capaz de hacer algo, y apoyarme en cada proyecto que emprendo, aunque seguro que a veces no logra entenderlo. A mis princesas que me han cuidado sin descanso, entender desde pequeñas lo que estaba pasando y ser mi mano derecha en este proyecto con su madurez, sus ayudas tecnológicas, su esfuerzo, sus fotos y sus sugerencias. A mi madre, siempre paciente, sonriente y complaciente, que nunca bajó la guardia y desde pequeña me enseñó todo lo que transmito sobre moda, educación y saber estar; sin ella no podría escribir una palabra en el blog. Gracias al resto de mi familia, a mis amigos incondicionales, y en especial, gracias a vosotros, mis lectores, mis seguidores, mi razón de ser, mi alegría y mi apoyo. Nuca es fácil comenzar un proyecto desde cero, pero sí lo es cuando tienes a personas tan receptivas al otro lado.

Gracias a todos por estos cinco años de alegrías, de satisfacciones, de apoyos incondicionales y de ánimos. Espero poder seguir otros cinco años más y no defraudaros. Con todo mi corazón, GRACIAS POR ESTOS FABULOSOS CINCO AÑOS y por querer y dejarme seguir estando Más Que Guapa!




2º Aniversario de Más Que Guapa

Hace dos años que mi equipo y yo empezando con este proyecto, y quién nos iba a decir que de una idea tan sencilla y espontánea iba a acabar con dos años llenos de éxitos y alegrías. Quién me iba a decir hace cinco años que una experiencia tan tremenda en mi vida iba a tener una recompensa tan enorme sólo por reflejar en la red todos aquellos consejos sobre moda y belleza que me han ido ayudando a encontrarme mejor. Y quién me iba a decir que como consecuencia de todo ello iba a ser una de las invitadas vip en una de las pasarelas más importantes del mundo, la MBFW, e iba a tener contacto con muchísimas personas – hasta ese momento desconocidas – que como yo habían sacado una visión positiva y beneficiosa de los reveses de la vida.

Por eso, desde estas líneas y con motivo de nuestro segundo aniversario, quiero daros las gracias a todas vosotras, Más que guapas, que me inspiráis cada día a que siga escribiendo y compartiendo mis experiencias para que pase lo que pase podamos encontrarnos mucho mejor.

Y sí, porque todas y cada una de vosotras, con vuestros problemas de todo tipo – de salud, familiares, sentimentales o existenciales –me inspiráis y me dais fuerzas para que siga transmitiendo a través de este blog optimismo y alegría, aunque las circunstancias en un momento determinado no sean propicias. A todas aquellas que lleváis vuestra enfermedad con alegría y dignidad; a las que habéis perdido a un ser querido y seguís preocupándoos de lo que ocurre a los de vuestro alrededor, llorando en silencio; a las que habéis tenido que recomponer vuestra vida de forma repentina tras una separación sentimental inesperada, luchando por seguir adelante por encima de todo; a las que tenéis un enfermo que cuidar y nunca decaéis; y a todas esas estrellas ángeles Más que guapas que un día me siguieron en la tierra y ahora lo hacen desde el cielo.

A todas os quiero dar las gracias por haberme seguido desde el principio y ser mi fuente de inspiración. Porque vosotras habéis hecho que mi problema deje de serlo y me mire en vuestro espejo para no decaer nunca y poder seguir con este proyecto que me entusiasma. Vosotras sois las verdaderas Más que guapas, valientes, luchadoras, optimistas y a la vez risueñas, y por vosotras voy a seguir escribiendo y transmitiendo secretos para estar mejor.

A mis lectoras incondicionales, a mis seguidoras y transmisoras de ánimo, pero en especial a mi campeón de maratones y a mis “mini yo”, por su ánimo y su fuerza innata, a mi heroína-madre y a los que me acompañan en mi día a día animándome en cada momento, y a mis amigas/os y conocidas/os, que son mis fieles seguidores y los mejores publicistas que una pueda encontrar.

No quiero olvidarme de dar también las gracias a todos aquellos profesionales de la salud que me han atendido de forma tan amable durante todo este tiempo, con cuyos consejos he podido seguir sintiéndome ¡Más que guapa! y que siguen haciéndolo con otros pacientes con el mismo cariño que lo hicieron y hacen – conmigo.

Y sobre todo, gracias a los que desde mi primera intervención quirúrgica os faltó tiempo para desde entonces echarme un piropo de forma inesperada cada vez que me veis. Nadie sabe lo que reconforta un elogio en determinados momentos.

Y gracias a todos, en general, por leerme, por seguirme, por esperar mi blog como agua de mayo, y sobre todo, por contagiarme vuestra sonrisa. Y a los que habéis contactado conmigo a través del blog y me habéis contado vuestras experiencias, gracias por vuestra confianza y por dar sentido a todo este esfuerzo.

Cuando comencé este blog pensé que sólo con que mis líneas sirvieran para ayudar a una persona me daba por satisfecha. Ahora, y viendo que son tantas personas las que se conectan cada día a Mas que guapa – habiendo superado casi el millón de visitas – espero que ahora al menos llegue a ayudar a más de dos. No obstante, el objetivo inicial está cumplido, pero la misión sigue su curso. Así que os espero en los próximos posts, donde a partir de ahora vais a encontrar nuevos consejos y novedades, basadas en el mismo espíritu, para que sigáis estando, como siempre, Más que guapas!




Las estilosas chanclas de Ipanema

¡Ya es verano! Y con el calor, hay que pensar en ponerse al sol y refrescarse en el agua de la piscina o, a ser posible, en el mar. El calzado para este tipo de ocasiones debe ser sobre todo cómodo y fácil de poner y quitar, en especial si estás en tratamiento con Imatinib (Glivec), lo cual convierte en agotadora cualquier actividad que se salga de lo habitual.

Por eso y ya el pasado año, buscando un atuendo fresquito y juvenil para playa y piscina, así como algo con lo que calzarme que fuera apto para dicha situación (me horripilan esos zapatos incómodos que parecen más hechos para ir de boda que para mojarse los pies), en mi afán por la comodidad y por prescindir de ataduras como hebillas, cremalleras o cintas de abrochar (os recuerdo que para colocarse determinadas sandalias hay que agacharse a menudo e incluso a veces volverse casi contorsionista), descubrí las chanclas Ipanema.

Para la playa, en especial, siempre había optado por las divinas menorquinas, que no por recomendaros estas chanclas dejan de gustarme, pero la vida con el GLIVEC y los niños, que requiere en verano tener continuamente los pies mojados y/o hinchados, me hicieron buscar una nueva opción que mejorara mi calidad de vida. Necesitaba algo de secado rápido y que no se estropeara con el agua y la sal del mar o el cloro de la piscina, pero que a su vez fuera confortable y actual.

Y así me hice con unas chanclas de mujer de la marca Ipanema. Lo que más me gustó de ellas, además de su diseño original y su módico precio, fue su suela anatómica y su extrema durabilidad. Todo el verano con ellas y este año las he vuelto a sacar y ¡Están como nuevas! Da igual si las mojas reiteradas veces, o si las utilizas para paseos por el puerto o el paseo marítimo de tu sitio vacacional, su suela fabricada en PVC las convierte en irrompibles. Y aunque ocasionalmente se te puedan doblar, recuperan su forma rápidamente sin que se lleguen a estropear, permaneciendo inalterables todo el verano.

Lo mejor es que su variedad de estilos y colores es increíble; para mujer, hombre y niños, desde las lisas con colores básicos, hasta las combinadas con los modernos flúor ahora tan de moda, pasando por las que añaden lazos, mariposas o corazones… Todas son ideales y perfectas para disfrutar del verano.

Mis favoritas son las que llevan estampados diversos a modo de plantilla. Flores, animalitos, líneas o dibujos diversos. ¡Qué divertido resulta calzarte una chanclas de colores y que al ponértelas se visualicen tímidamente flores o mandalas entre tus dedos! Además, combinan con cualquier traje de baño, ya sea bikini o bañador, y con una camisola superpuesta o un vestido lencero de tirantes, si lo complementas con un bolso-capaceta, conseguirás el look ideal para un día de playa o piscina sin renunciar a la comodidad y el estilo.

Chancla Ipanema OroChancla Ipanema butterfly

De hecho, me gustaron tanto el año pasado que este año les he cogido unas a mis pequeñas bombones. Todas vamos cómodas, conjuntadas, a la última, y así podemos seguir estando, como siempre ¡Más que guapas!

EL PRODUCTO: CHANCLAS IPANEMA mujer, caballero y junior. PVP: Desde 12,90 €. De venta en centros autorizados y el grandes almacenes como El Corte Inglés o Decathlon. Más información y venta en www.ipanemaflipflops.co.uk.