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Solución al frío en casa

Uno de los efectos secundarios más habituales durante el tratamiento del GIST con Imatinib (comercializado como Glivec) es la intolerancia al frío. Al principio pensaba que se debía a la pérdida de peso, pero poco a poco y tras la búsqueda desesperada por buscar algún remedio, aprendí que se trataba de una consecuencia más de la medicación.

Dicen los expertos que el momento del día en el que el cuerpo permanece con la temperatura más caliente es al despertar, y recomiendan mantenerla durante todo el día con diversos trucos, como llevar varias “capas” de ropa, vestir indumentaria fabricada con Polipropileno (que es un compuesto químico que mantiene la temperatura del cuerpo y absorbe el agua de la piel, muy usado por los aficionados a las actividades al aire libre), utilizar ropa confeccionada con otras fibras sintéticas, o llevar calcetines gruesos para mantener el calor del cuerpo.

La verdad es que siempre he sido friolera, pero después del GIST la poca tolerancia al frío ha sido considerable. El uso de varias prendas superpuestas es una muy buena idea, pero en casa y para realizar las tareas del hogar no deja de resultar bastante incómodo.

Así hasta que descubrí las batas y parkas polares de la firma LOHE INTERNACIONAL. Perfectas para mi piel sensible, son amorosas y suaves al tacto, proporcionando y manteniendo el calor del cuerpo mientras estoy en casa. Además son tan ligeras que permite la plenitud de movimientos, y no molestan para realizar las actividades diarias de la vida cotidiana, a veces tan incómodas y que requieren actividad constante, como cocinar, planchar o poner la lavadora. Para eso necesitas una prenda que caliente pero sin que impida la libertad de movimiento que ello requiere.

Además, la múltiple variedad de tonos y colores permite combinarlas con cualquier tipo de prenda de estar en casa. En mi caso tuve la suerte de que fue un regalo de unos amigos muy queridos, que al conocerme bien eligieron la más acorde con mi estilo. La mía combina rosa, beige y tostado, pero también encontraréis un amplio surtido de estampados y colores que alternan el azul, blanco o gris perla, entre otros, así que podéis elegir la línea que más os guste. Lo ideal es combinar las dos prendas a la vez: la bata, al ser más larga, resulta más calentita para periodos de descanso o recuperación, pero la parka, un poquito más corta, permite la realización de las tareas domésticas con mayor agilidad.

Y lo mejor, ¡También hay para niños! Su nueva línea infantil permite vestir a nuestros pequeños con el mismo estampado, y conseguir además en ellos el mismo efecto pretendido: que permanezcan calentitos en casa pero que puedan jugar, mover y divertirse libremente a la vez. Y además resultan muy estilosas y combinan con cualquier prenda de dormir. ¡Tienen un estampado de estrellitas que me encanta para las niñas!

Una de las ventajas de estar convaleciente de una enfermedad de esta dimensión es el extremo cuidado que te prestan familiares y amigos. Todos ellos pendientes de mejorar tu calidad de vida, sacar la mejor de tus sonrisas y luchar

por conseguir lo que esté a su alcance para que tu recuperación sea rápida y mejor. En mi caso puedo presumir de que entre todos los míos me colmaron de regalos que hicieron mi vida más fácil y glamourosa a la vez. Todo el mundo se volcó para que mi vida volviera a ser la misma, a pesar de la tremenda montaña que me quedaba todavía por subir. Desde aquí me gustaría dar las gracias a todos ellos, que consiguieron con sus detalles hacer mi vida mucho más feliz y seguir, a pesar de la operación y el tratamiento, siempre ¡más que guapa! en todos los ámbitos de mi vida, en casa y sobre todo, fuera de ella.

EL PRODUCTO: Batas y parkas de forro polar de LOHE INTERNACIONAL. PVP: Desde 25,75 € para adulto, y 18,50 € para niña. De venta por internet en www.lohe.es o en www.loheshop.com.

 




Con cicatriz, ¿Qué bañador me pongo?

Cualquier operación de severa entidad deja generalmente en tu cuerpo una señal indeleble: la indeseable cicatriz. En mi caso y a pesar de ser extremadamente presumida, mi cicatriz nunca supuso un problema, y eso que cruza mi abdomen desde el esternón al ombligo, con una longitud aproximada de unos 14 centímetros.

Cuando te dan una noticia que tanto impresiona, como en mi caso fue ser diagnosticada de Gist, como la solución inmediata fue quirúrgica, mi mente se aferró tanto a la necesidad de curación que nunca me planteé las consecuencias que la misma podía ocasionar.

Sorprendida de mi misma, llevé el tema de la cicatriz con la mejor de las actitudes. Será que ya no estoy en edad de enseñar la tripa, o que quedaba oculta bajo la ropa, pero como la herida cicatrizó en tiempo record y nunca supuso una molestia especial – quizá eclipsada por los efectos secundarios tanto de la operación como de la medicación – su presencia pasó completamente inadvertida para mí.

Mi cirujano, el Dr. Esarte, el mejor del mundo (excelente profesional y mejor persona), me recomendó que intentara resguardar la cicatriz del sol al menos durante dos años, y me aseguró que si seguía sus indicaciones la misma prácticamente desaparecería. Y así fue. Simplemente con aceite de rosa mosqueta y cuidados con crema hidratante, la misma fue curando poco a poco, hasta prácticamente desaparecer.

Pero la vida seguía y el problema se planteó cuando llegó el verano. Playa, piscina,

¿Y yo que me pongo?

Por un lado, tenía que ocultar la cicatriz del sol, pero por otro y siendo siempre fiel al bikini, el bañador entero me daba mucho calor, y acumulaba más humedad en la tripa, lo cual no me parecía que llegara a ser muy adecuado para cicatriz. El trikini no me gustaba en absoluto, y además si me agachaba dejaba parte de la cicatriz al descubierto.

Así que después de mucho pensar y de buscar una prenda al respecto que tuviera un mínimo de glamour, con el miedo en el cuerpo de poder reaparecer en la playa con una bañador de abuela, ahora que me había quitado unos cuantos kilos y podía lucir feliz sobre la arena, descubrí la solución ideal: EL TANKINI.    

¿Qué es el “tankini”?

Yo lo definiría como una mezcla entre el bañador entero y un bikini. Vamos, un bañador entero cortado por la cintura que lo divide en dos piezas, y que en la práctica hace las veces de bikini. No acumula la humedad, puedes intercambiar las partes de arriba y abajo combinando distintos colores y puesto queda muy estiloso. Los que mejor quedan son los que se atan al cuello o los de tipo bandeau, sin tirantes, más juveniles y ponibles.

Este modelo de traje de baño me permitió resguardar mi cicatriz del sol durante los dos años previstos, sin necesidad de tener que ponerme encima crema protectora, y además encontré un diseño de la marca Desigual que me hacía estar a la última, y por ende sin necesidad de sentirme distinta por la operación.

Si consultáis internet podéis encontrar distintos modelos que os pueden servir, ya que cada año las colecciones cambian, o en su defecto acudir a la sección de baño de El Corte Inglés, en donde por su amplia variedad de marcas y modelos podéis encontrar uno actual adaptado a vuestra talla y gusto.

Pero la mejor noticia es que gracias a haberla cuidado y haberme sentido más que guapa ¡Ya puedo llevar bikini! Y como seguí los consejos indicados, ¡la cicatriz casi ni se nota! 

–      EL PRODUCTO: Traje de baño Tankini. De venta en tiendas de ropa de baño especializadas, sección de baño de El Corte Inglés, o en internet, páginas como www.venca.es.

 

 

 




Zapatillas Casual Chic

Siempre cansada, siempre cansada, y con tantas cosas que hacer… El año pasado descubrí las Sneakers Aro Joaneta. Las había visto el año anterior en un escaparate, pero sinceramente, no las necesitaba (o al menos eso pensaba). Sin embargo, y cuando visto casual, siempre voy corriendo, con mis vaqueros, de aquí para allá (planes llenos de glamour desde luego, como ir al supermercado, a la tintorería o a por los niños), así que pensé que sería buena idea llevar un zapato más cómodo que me permitiera ir más rápido con menos esfuerzo (lo que hace el Glivec) y me lancé a comprarlas.

Bueno, menudo descubrimiento. Las adquirí en mayo y no me las quité hasta octubre por lo menos. Los colores son muy actuales y combinan con todo. Acorde con mi estilo, las adquirí en rosa palo, que combinan con toda mi ropa, pero también las podéis encontrar en verde pistacho, azul, beige o plateado, entre otros colores de moda.

Y además como combinan el ante o cuero con material de malla, con su diseño flexible, el pie transpira y no da la sensación de llevar deportivas, que a decir verdad y si encima no las usas para hacer deporte, suelen dar mucho calor.

El precio no es desorbitado y su duración es increíble. Para el uso que les di el año pasado, este año las he vuelto a sacar y están como nuevas. Cuando las llevas tienes la sensación de que vas volando porque se adaptan muy bien al pie, y cuando llego a casa ¡Casi me da pena quitármelas!

Son tan cómodas, flexibles y estilosas que esta primavera me he animado y se las he cogido también a mis niñas. No sabéis lo bien que quedan con cualquier modelo, ya sea vestido, falda o pantalón, infantil o de adulto. Además nos las ponemos las tres a la vez, del mismo color pero cada una en un modelo, y así vamos todas conjuntadas, cómodas, con estilo y lo mejor, felices y ¡más que guapas! Ah, y también hay para chico ¡para el que se quiera apuntar a estar Más que Guapo!

 

EL PRODUCTO: Zapatillas ARO Joaneta / Aro Joaneta Petit.

En zapaterias especializadas. En Zaragoza, las encontrarás en Novo Molinos , Pº Sagasta nº 3, y en Bambinos, C/ León XIII, nº 6. PVP: 70-90 € aprox. dependiendo del modelo.

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