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Vestidos largos de invitada a una boda

Me encantan las bodas. Planear el qué me pongo, idear los zapatos, los complementos, y sobre todo, qué me voy a hacer en el pelo. De hecho y aunque no tenga una boda pronto, me gusta mucho pasearme por las tiendas y ojear los trajes de fiesta que tienen, en especial en primavera. Las bodas, claro está, dan más juego cuando hace buen tiempo, y los estilismos pueden ser mucho más variados y coloristas que si se celebran en invierno.

Ahora como la moda es tan amplia y diversa, podría decirse que se lleva todo. Traje largo, corto, largura midi, falda, pantalón… Eso sí, lo importante, qué digo, lo más importante, es que te quede bien y te veas contenta con tu modelo, cualquiera que sea tu figura. En principio parece que a las delgadas les va a quedar todo bien; sin embargo hay modelos que no encajan en su cuerpo, o lucen menos. Si tienes unos kilos de más hay patrones que tampoco te puedes poner, pero eso ya no es un problema, ya que la moda ha evolucionado tanto que siempre habrá un diseño para ti y tus circunstancias. Lo importante es elegir bien. Seas como seas, si llevas un vestido adecuado, serás la más guapa de la fiesta.

El otro día una amiga me comentó que de nuevo se vuelven a llevar trajes largos a las bodas. Bueno, no largos en plan Sisi Emperatriz, pero si al menos hasta el tobillo. No obstante, es difícil elegir un traje largo para una boda, ya que si eliges esa opción – si vas de corto siempre acertarás – es mejor seguir unas pequeñas indicaciones, que os servirán para que una vez allí no os echéis a llorar pensando en “quién me mandaría a mi ponerme este vestido”.

Y sí queridas amigas, si vuestro deseo es ir de largo a una boda, no olvidéis que el modelo debe ir acorde con vuestro estilo y cuanto más sencillo de líneas sea mejor. No me gustan nada esas invitadas que de diario son roqueras y de repente aparecen en la boda de rosa palo y con volantes. O al revés; esas invitadas que de normal nunca innovan en el vestuario y de repente acuden a una boda con el último grito. Primero piensa cuál es tu estilo, con qué tendencia de moda te sientes más cómoda y sobre esa línea ponte a buscar.

Vestido para una boda

Después, piensa en tu edad. Que con veinte una se puede poner cualquier cosa; con treinta aún puede existir cierta tolerancia pero con cuarenta o cincuenta ya has tenido tiempo de aprender qué te queda bien y qué mal y de este modo evitar ponértelo. Resulta increíble cómo a veces las chicas jóvenes conocen más sus limitaciones que sus propias madres. Y es que por muy estupendas que estemos para la edad que tengamos o muy buen tipo que tengamos – gracias al deporte, la genética o la cirugía -, la edad es la que es y por ejemplo pasada determinada edad no proceden ni las minifaldas, ni los escotes exuberantes ni mucho menos las aberturas de vértigo en la falda.

Si os dais cuenta las más elegantes en una boda e incluso las que más éxito tienen en la alfombra roja no son las más atrevidas ni las que mejor tipo tienen, sino las que más adecuadas acude al evento. Y para eso y si no tienes muy clara la idea de lo que quieres, en líneas generales lo mejor es optar por formas clásicas y sencillas, colores neutros y poco volumen en la falda.

Vestido para una bodaPor eso, os invito a que echéis un vistazo a los vestidos largos de ceremonia de la colección HEAVEN de DOLORES PROMESAS. No son excesivamente caros y hay uno apto para cada edad y situación. Lo bueno que tienen y lo que más me ha gustado de estos vestidos es que son faldas rectas, escotes adecuados y espaldas limpias. Y los colores y texturas son de lo más acertado, incluso los estampados son muy originales y alegres, propios para una ceremonia alegre y feliz como es un enlace. Perfectos para todas las figuras e incluso para disimular absurdos complejos.

 

Así que aquí os dejo algunas ideas para que vayáis pensando cuál es vuestro estilo de vestido largo para una boda y de esta forma sigáis, como siempre ¡Más que guapas!

 EL PRODUCTO: VESTIDOS LARGOS DE CEREMONIA.

 De la colección HEAVEN de DOLORES PROMESAS. PVP: c.p.v. De venta en tiendas DOLORES PROMESAS. Más información en Dolores Promesas .




Tengo una boda ¿qué me pongo?

Tengo una boda, y no sé qué ponerme. Ya es raro en mi porque me encanta la ropa, y mucho más si es de fiesta o ceremonia. De hecho, desde que recibo una invitación para un evento, lo mismo da que sea boda, bautizo o comunión, sé perfectamente qué vestido me voy a poner, y voy diseñando en mi cabeza los días sucesivos el resto de complementos que voy a lucir.

Esta vez es diferente. Lo del vestido es lo de menos, tengo varias propuestas que podría ponerme, y varios vestidos que por distintos motivos todavía no he estrenado, así que serían perfectos para una ocasión especial. Sin embargo, esta vez me gustaría innovar un poco más, ir más allá, así que estoy pensando en… ¡Ponerme un tocado!

Ciertamente nunca me ha gustado llevar sombrero ni tocado a una ceremonia. Cuido mucho mi pelo, y opino que no hay nada mejor que un buen recogido, o simplemente una buena melena cuidada y moldeada retirada de la cara, para poder ir elegante a un acto. Considero que los sombreros, pamelas y tocados son para ocasiones muy excepcionales y sólo deben ser utilizados cuando el protocolo lo permita. Además, hay que informarse muy bien antes de acudir a una celebración para analizar de qué tipo va a ser y así vestir en consecuencia. Y en última instancia, nos debe quedar bien, eso desde luego.

Los sombreros y tocados son muy elegantes si se elige bien el modelo, pero pueden resultar absurdos o ridículos si se emplean en circunstancias impropias o no son acorde con la etiqueta del evento. Al igual que el traje largo no es adecuado para una boda de mañana, tampoco los tocados y pamelas lo son para un evento de noche o una celebración familiar. De hecho, y por mucho que el protocolo marque los cánones, no debemos olvidar informarnos antes del tipo de boda o evento al que asistimos, porque por mucho que se lleve la pamela, está claro que no será nada adecuada en una boda ibicenca en la playa o un bautizo. Lo único que conseguiremos es llamar la atención, y no para bien. Ahí lo dejo.

Por otra parte, considero que hay que tener cuidado con los sombreros y pamelas, evitando que nos cubran totalmente la cara, el pelo, o las dos cosas a la vez. Que bien está que vayas a una boda del brazo de tu pareja, pero eso no implica que ejerza también la función de perro lazarillo o guía turístico. Si una pamela eclipsa tu cara, por muy bonita o muy glamurosa que sea, no te la pongas. Resulta muy gracioso jugar al quién es quién en una boda, pero creedme, no es el lugar adecuado.

Con los tocados ocurre lo mismo, aunque resultan más favorecedores. Lo que no lo resulta tanto es combinarlos con pedrería, mucha joya o un recogido muy elaborado. Hay que tener cuidado, porque combinar lazos con perlas, plumas y lentejuelas no resulta nada atractivo.

Por mi parte os aconsejo que si os lanzáis al mundo de la decoración de vuestro cabello para ir a una celebración, sigáis algunos de estos consejos:

1-      Si llevas un traje muy recargado de volantes, encaje o pedrería, evita sombreros, pamelas o tocados. Aplica la regla menos es más.

2-      Si te decides por un sombrero o tocado, opta por el pelo suelto retirado, con la melena bien trabajada o un sencillo recogido. Evita moños complicados o rizos interminables. También el pelo suelto, ya que desmerecerá enormemente el complemento que te pongas en el pelo, y siempre parecerás despeinada por mucho que te hayas puesto encima el mejor sombrero del mundo.

3-      Con respecto a los colores, aléjate del monocolor. Intenta que el sombrero o el tocado sea de una tonalidad distinta a la del vestido. Le darás mayor relevancia y dotarás de elegancia y originalidad a tu modelo. Eso sí, debe combinar, al menos, con los zapatos, el bolso o algún otro complemento. Si el vestido es estampado, puedes elegir uno de los colores más discretos del vestido y combinarlo con éste.

4-      Para las celebraciones menos pomposas, y ante la duda, opta por un recogido. Los hay de mil variedades, desde el clásico y siempre elegante moño bajo, hasta los más modernos y tan actuales deshechos o con trenzas. Siempre acertarás.

5-      La idea del sombrero o la pamela es que nos resguarde los ojos del sol. Por eso, si llueve, opta por un recogido; llevarás el pelo siempre en su sitio e irás peinada durante toda la celebración. Las plumas, flores o lazos se estropean con la lluvia, lo que los desmerece estéticamente.

6-      Con sombrero, pamela, tocado o moño, evita de cualquier modo las gafas de sol. No son un complemento para una boda, por mucho que se empeñen algunas.

7-      Conócete a ti misma y elige siempre el modelo que más te favorezca. Que a la princesa de Inglaterra le quedan muy bien los tocados, pero puede que a ti te queden mucho mejor otros complementos. Lo que hay que hacer es sacarse partido a una misma. Si los sombreros no mejoran tu imagen, huye de ellos eligiendo otras opciones como un moño o un simple tocado.

8-      Ante la duda y si quieres ir discreta, lo cual resulta indispensable si no tienes un papel principal en la ceremonia, aléjate de los colores llamativos como el rojo, amarillo o naranja para sombreros o tocados. Los colores pastel, como el rosa palo, el gris o el beige resultan también muy elegantes y pasan más desapercibidos.

9-      Dependiendo de tu color de pelo, elige los colores que más te combinen. A las rubias y a las morenas no les quedan bien los mismos tonos, pero estos pelos, bien combinados, pueden resaltar o estropear el tocado o la pamela si no se acierta con el color adecuado.

No obstante, me he permitido el lujo de elegiros un tocado ideal que he visto en la tienda TALLER DE TOCADOS de Zaragoza y que me ha encantado para vestir elegante en una boda. Está diseñado con plato de sinamay y tiene forma de lágrima. Creo que puede ser un tocado fondo de armario perfecto porque al ser rosa palo puede combinar con diversos modelos, desde lisos hasta estampados, resultando por su dulce tonalidad y su elegante diseño una elección más que adecuada.

Yo sigo pensando todavía a ver qué me voy a poner, pero de este modo vosotras, por el momento, podéis seguir estando, como siempre ¡Más que guapas!

EL PRODUCTO: TOCADO PLATO DE SINAMAY CON FORMA DE LAGRIMA, de TALLER DE TOCADOS. Color rosa palo. PVP: 105 €. De venta en TALLER DE TOCADOS, C/ Cervantes, nº 2, 50006 Zaragoza, y en www.tallerdetocados.es.




Vestido de ceremonia

No entiendo cómo la gente se complica tanto cuando va de ceremonia. Difícil la elección del vestido, pero no me explico todavía por qué motivo concreto además convertimos dichos eventos sociales en el momento “arbol de navidad” o cómo lucir el mayor número de complementos de fiesta que tenemos guardados en casa en menos tiempo. Pendientes, colgantes, chales de diversos tamaños y colores, bolso multicolor, zapatos imposibles… ¿Pero dónde está el vestido? Y lo peor, ¿Dónde estás tú?

Para determinados eventos y ceremonias, como es el caso de una comunión o un bautizo (en otro momento hablaremos de las bodas, eso ya es de terror), bien seas la madre del protagonista o invitada estelar, hay que aplicar como nunca el siempre tan afamado “menos es más”. Sí, cuanto menos complementos, colgantes, prendidos en el pelo y maquillaje artificial, más guapa estarás.

Hay que tener en cuenta que en esas ocasiones lo importante son los niños. Si eres la madre del artista, previamente habrás tenido que organizar al resto de la familia para que todo esté perfecto para el evento. Y si eres invitada, acepta que eres eso, una invitada, no una estrella superstar. Por eso, complicandote la vida con multitud de complementos, además de estresarte todavía más, corres el riesgo no sólo de perder alguno por el camino sino de desmerecer la ceremonia, al homenajeado y al resto de tu familia. Y qué decir de la foto: es imposible coger a tu bebé con el faldón y sujetar a la vez el bolso de mano, el chal (si no te enredas con los flecos date por afortunada), la chaqueta que te has quitado porque hace calor, a tus otros hijos con la otra mano, sonreír a la cámara y sostenerte en los tacones de vértigo (esos que nunca llevas), todo al mismo tiempo.

Claro que si eres invitada y llevas más pingos que el baúl de la Piquer, puedes tener suerte y conseguir no hacer ninguna foto que inmortalice el momento, ya que si además de los complementos tienes que sujetar la cámara, eso ya es para nota.

Con las comuniones aún es peor. Es verdad que los niños ya son mayores y con ellos las preocupaciones son menores, pero la diversidad de estilos a la hora de acudir a una comunión, ya seas protagonista o invitada, es otra cosa que no deja de sorprenderme. Tenemos el look boda, en el que como hace ya diez años que nos casamos, pues aprovecho para comprarme ese vestido de fiesta que me gusta tanto y que en todo este tiempo no pegaba ponérmelo, pero ahora por fin ha llegado mi momento. Lleno de pedrería, transparencias y tornasol, hará que cuando llegue a la ceremonia brilles más que el sol. Luego está el look campestre, que se justifica con la frase “es que nosotros hacemos una ceremonia sencilla”, y nos vestimos como si fuéramos a hacer un picnic (chic, pero picnic al fin y al cabo), con un vestido suelto, sin pretensión alguna, pero con un amago (fracasado) de glamour. Y luego está mi look favorito, el que denominaría (hoy que estoy graciosa) “por mí no pasa el tiempo”. Ese vestido ridículo donde los haya, minifaldero y ajustado, con escote prominente, para demostrarle al mundo que aunque tu hijo, sobrino o amigo haga la comunión (y por ende que tiene por lo menos 8 ó 9 años), tú sigues tan joven como a los 20 (gracias a la cirugía, el ejercicio tardío o la liposucción). Y resulta que consigues el efecto contrario: parecer vieja, inapropiada y cincuentona.

Vestido Dolores Promesas BlancoEn la vida no hay que complicarse. Un vestido simple, color pastel, recto y sin pretensiones, puede parecer mucho más elegante y apropiado para ese tipo de ceremonias que cualquier otro modelo más barroco. En estas fiestas lo importante, no lo olvidemos, no es ni la madre ni la tía, ni mucho menos la super mejor amiga de la madre del bautizado o comulgante: es el niño y el Sacramento que va a recibir lo que ha de primar.

Y para eso, os propongo este vestido de DOLORES PROMESAS que vi el otro día y que me pareció de lo más acertado para este tipo de ocasiones que estamos comentando. En color crudo (al no tratarse de una boda la ocasión lo permite) y 100% algodón, este VESTIDO CON MANGA VOLANTE me parece de lo más elegante a la vez que estiloso y actual. Su precio actualmente no supera los 100 €, y con un zapato rojo o morado, el pelo suelto bien peinado, una cartera de mano y unos buenos pendientes, puedes estar ideal sin necesidad de completarlo con nada más. Bueno, si hace frío, puedes añadirle una chaqueta fina de punto, pero reitero, nada más.

Hacerme caso: aplicar siempre el menos es más. Es mejor no llegar que pasarse. Y otro consejo aún mayor: en cualquier evento, sea del tipo que sea, no te disfraces; viste según tus gustos, estilo y tu propia personalidad. Y con este modelo que os propongo y con poco presupuesto, junto a vuestro toque personal, que nunca debéis perder, podéis estar como siempre ¡Más que guapas!

EL PRODUCTO: VESTIDO CON MANGAS VOLANTE, de DOLORES PROMESAS. Color blanco. PVP: 144,90 € (ahora está con un 30% de descuento, a 101,43 €). De venta en tiendas DOLORES PROMESAS y en www.dolorespromesas.com.