Después del verano y tras varios días sin arreglo pormenorizado, sin maquillaje, con el pelo secado al aire y zapato plano, no apetece nada – y yo diría incluso que no procede – volver a ponerse joyas ostentosas y aparentar lo que yo denomino coloquialmente un árbol de Navidad.
Y es que además, para resaltar el moreno estival, no solamente una camisa o vestido blanco resulta favorecedor. Si llevas pendientes de perlas, te darás cuenta de lo bien que quedan en todo momento, pero incluso más en esta temporada del año en la que el efecto buena cara es en este caso completamente natural, sin artificios.
Para que los pendientes de perlas tengan este efecto favorecedor, no es imprescindible que éstas sean gigantes. A decir verdad, el tamaño de las mismas debe ser proporcional, no sólo a los rasgos y tamaño de la cara, sino que debe adecuarse también al momento para el que se van a llevar. Esto es, para ir con bañador es preferible llevar unos pendientes discretos, pero para una ceremonia más especial puede subirse el tamaño. Y para hacer deporte, pues casi que mejor hacerlo sin pendientes, por lo que pueda pasar.
Mis pendientes de perlas favoritos son los más simples, de tamaño medio y sin complementos. También me encantan los tipo “tú y yo”, combinados con brillante, porque resultan muy finos y elegantes. Eso sí, sean del tamaño que sean, en este caso es preferible que sean buenos, aunque sean pequeños. Las perlas no es de las joyas que resulten más caras – salvo que las elijas australianas – y resultan una buena inversión. El efecto, el brillo y el color de unas buenas perlas es lo que les dota de ese efecto favorecedor. Si éstas son de imitación, es más difícil que puedas conseguirlo.
No obstante y como ya os he ido explicando en anteriores posts, en cuanto a joyas se refiere lo importante es su valor sentimental. Y en el caso de las perlas, y en concreto los pendientes elaborados con las mismas, todavía resulta más relevante. Aún llevo con asiduidad unos “tu y yo” con cierre Omega que me regaló mi marido cuando éramos novios, que son uno de mis pendientes favoritos. Mi madre sigue llevando los que le regaló su padre cuando era joven, y a día de hoy siguen resultando espectaculares. Mi hija comulgó con unos similares, ya que la mezcla de perla y brillante en tamaño junior es lo que me parecía más adecuado para ese momento tan especial. Y para el día de mi boda, volví a elegir unos pendientes de perla australiana y brillantes que me pongo en toda ocasión de renombre.
Pendientes de perla hay de muchos tipos, pero unos simples de tamaño medio resultan ideales para cualquier mujer. Como regalo de cumpleaños, aniversario e incluso bautizo, con unos pendientes de perlas siempre acertarás. Bueno, y como recuerdo del primer sueldo o simplemente para darse un capricho en un momento determinado son la elección ideal.
Cuando hablo de pendientes buenos no significa que tengan que ser montados en oro blanco y caros carísimos, inaccesibles a muchos bolsillos. Pueden ser perlas cultivadas y montadas en plata, y el resultado será excepcional. Por eso os dejo hoy con esta idea que me ha encantado, con un precio más que adecuado y de venta en la prestigiosa Joyería YANES de Madrid, en donde ahora podéis comprar muchos de sus productos en su tienda on line.
Se trata de un pack de 3 pares de pendientes de perlas, con diámetros desde 8 hasta 12 milímetros, y que te permitirá alternarlos dependiendo de cada momento y de tu estilo de vida. Así que aquí os dejo otra idea para que sigáis estando como siempre ¡Más que guapas!
EL PRODUCTO: Pack 3 pares pendientes perlas
Pack de 3 pares de perlas de plata de ley. 8mm, 10mm, 12mm. de JOYERÍA YANES. PVP: 65 €. De venta en Joyerías YANES y en Yanes.
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