Estar guapa con gafas

Guapa con gafas
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Se puede estar guapa con gafas; qué digo guapa, ¡Más que guapa! Las gafas no son solamente un instrumento que facilita nuestra visión; las gafas o anteojos son un complemento de moda perfecto para completar un look o para darle un toque especial y distinto en cada ocasión.

La verdad es que aunque parezca fácil, a la hora de la verdad y cuando te toca elegir tus primeras gafas o renovar las preexistentes – por cambio de cristales, hartazgo de las antiguas o necesidad de un cambio de look – es muy difícil acertar con el nuevo modelo a la primera.

A primera vista, cuando uno se decide a comprar un nuevo par de gafas, parece que se abre un amplio abanico de posibilidades para elegir. “Qué bien” piensas, “me voy a comprar unas gafas para estar a la última”. Sin embargo, cuando te acercas a la óptica y empiezas a probarte distintos modelos, salvo que a la primera aciertes con el que te encaja, un sentimiento inexplicable de agobio comienza a surgir desde tu interior, tornando esa inicial alegría e ilusión por cambiar de imagen a un “qué hago yo aquí” en toda regla.

Pero ¿Por qué es tan difícil elegir unas gafas?

A pesar de mi juventud, llevo casi toda mi vida usando gafas. Durante una época pude llevar lentillas, pero su uso indiscriminado acabó saturando mi ojo, por lo que desarrollé una intolerancia a las mismas, así que después de varios años me ví en la necesidad de volver al uso continuado y diario de las gafas. He de reconocer que aunque soy presumida dicho retorno me pareció un horror, pues las que llevamos usando gafas toda la vida nunca las hemos considerado como un complemento glamouroso de moda, sino más bien un simple instrumento de trabajo que nos ayuda a desenvolvernos en nuestro día a día.

Sin embargo y gracias a las nuevas tendencias y a la experiencia que te concede la edad, más tarde que pronto comprendí que la utilización de las gafas (también denominadas anteojos en algunos países de Latinoamérica) podía servir no sólo para mejorar la calidad de mi visión, sino también para mejorar mi apariencia y en algunas ocasiones, para camuflar diversos defectos de la zona periorbital como pequeñas arrugas, ojeras tras una mala noche o incluso efectos secundarios del Imatinib (GLIVEC), como el edema periorbital (Ver Glivec, efectos secundarios).

De hecho, comprendí que el tipo y la forma de las gafas influía en mi apariencia más de lo que hasta ese momento me había percatado. Y así, se convirtieron en el complemento perfecto para mi look de ejecutiva (el famoso working girl) o el más casual chic. Algunas celebrities con mucho gusto para vestir, que posaban en la alfombra roja con gafas, influyeron también en mi manera de verlas como un complemento de moda más especial. Y por eso me lancé a cambiar también el estilo de las gafas que llevaba, pasando de un estilo más clásico y atemporal a hacerme con un modelo más arriesgado y actual.

Cuando la utilización de las gafas se hace habitual en una persona, la elección de las mismas se hace muy difícil. Y ello es porque como las consideramos un instrumento de visión, tendemos a elegir modelos discretos, que no llamen la atención y pasen desapercibidos. Sin embargo y con el paso de los años, he comprendido que la elección de las gafas es mucho más importante que la de un bolso o unos zapatos. Las gafas son el primer complemento que sin darnos cuenta exhibimos, nuestra seña de identidad. Cuando alguien nos mira, nos saluda o nos habla, lo hace a los ojos, y encima de ellos lo que primero mostramos son nuestras gafas.

Por eso no podemos elegirlas por su sobriedad, su discreción o con la idea de que nos duren muchos años. Será imposible que nos duren tanto porque con el paso del tiempo la renovación de los cristales se hace más que necesaria, y la necesidad de tener unas gafas de recambio también. Así que las viejas las dejas de repuesto, y ante una nueva receta de cambio de cristal, y con la amplia diferencia de precio que existe entre los cristales y la montura, decides comprarte un par de gafas nuevo aprovechando la ocasión.

y … ¿Cómo estar guapa con gafas?

Con el paso de los años, y gracias a las distintas tendencias y modas, he de reconocer que se puede estar guapa con gafas. Qué digo guapa, ¡Más que guapa! Y he llegado a esta conclusión porque me he dado cuenta de que las gafas te aportan estilo, personalidad, además de aportar luminosidad al rostro, acentuando la importancia y brillo de tus ojos y remarcando el maquillaje.

Por eso, es importante que a la hora de comprar unas gafas nuevas, nos compremos unas último modelo, estilosas, actuales y de plena tendencia. Así te sentirás más a la moda, actual y completamente favorecida, y por ende contenta y feliz. Es la idea que cambia tu forma de llevar las gafas; para mí ahora son un complemento indispensable en mi atuendo, ya no suponen una carga en mi día a día sin la cual no podía desenvolverme ni vivir.

Las gafas no son un corrector de defectos, como erróneamente se consideraban en el pasado. Ahora todo el mundo quiere llevar gafas, porque además resaltan tu maquillaje y ocultan pequeños defectos. Así que no lo dudes y si las necesitas cómprate unas a la moda, porque a pesar de todo con ellas puedes estar, como siempre, ¡Más que guapa!

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Sobre Emma G. 213 artículos
Redactora de Mas Que Guapa

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