En estos momentos difíciles, de incertidumbre, desasosiego y miedo a lo desconocido, hay un sentimiento que estemos donde estemos, no debe faltar en nuestra actitud: La ilusión. Para sobrellevar estos días de encierro involuntario, confinamiento o el ya famoso #YoMeQuedoEnCasa , es imprescindible que nunca nunca perdamos la ilusión.
La ilusión es un sentimiento que a menudo tenemos y pocas veces reconocemos. En un mundo globalizado, en el que ahora con un simple click podemos acceder a todo lo que ansiemos, es bueno que volvamos a rescatar el sentimiento de la ilusión. Ilusión por comenzar un negocio, ilusión por comprar la primera una casa, ilusión por celebrar una boda o ilusión por hacer el viaje de tus sueños.
Y eso es lo que nos va a pasar cuando salgamos de aquí, de nuestra casa, de nuestro hogar. Nos mantenemos encerrados pensando en lo que podríamos hacer en ese momento, cuando lo que deberíamos es crear ilusiones para cuando salgamos.
¿Qué tipo de ilusiones tendremos, qué ilusiones tienes tú? Quizá estos días de confinamiento nos lleven a valorar las cosas que de verdad importan, y además lo que realmente te importa a ti. Quizá tantos días sin tener un quehacer atractivo nos pueden llevar a imaginar qué querremos hacer cuando salgamos, o qué cosas de nuestra vida cambiaremos cuando todo vuelva a la normalidad. Ilusiones pequeñas, que pueden llegar a ser, en estos momentos, lo más grande.
Ilusión por ver el mar, Ilusión por volver a arreglarnos y pintarnos los labios de rojo, ilusión por comernos un croissant recién hecho o por comprarnos un café para llevar. Ilusión por volver a dar un paseo por el parque, por ir en bici, por volver a ver el mar… Pequeñas ilusiones, que antes no valorábamos pero que ahora van a ser la parte fundamental de nuestra existencia y recuperación.
Y es que la frase “de ilusiones se vive” se hace ahora y en estos momentos mucho más real. Seguro que al terminar este confinamiento – y con ello no quiero ser negativa ni agorera – la situación económica se ve resentida. Por ello la ilusión es ahora mucho más importante que en cualquier otro momento de la vida que hayamos vivido. Ahorraremos para comprarnos un mini capricho, administraremos mejor nuestras finanzas y le daremos a todo lo que tenemos y nos falta el valor real.
Pero la ilusión, ese sentimiento, nunca debe faltar. Ilusión por volver a vernos, abrazarnos, besarnos sin la paranoia de que nos vamos a contagiar. Ilusión por volver a reunirnos, a reírnos, a caminar más de veinte pasos. Ilusión que nos embargará y hará feliz en cuanto salgamos.
Mientras tanto debemos tener nuestra mente ocupada para que podamos salir de ésta y cumplamos nuestras ilusiones al salir. Y esas ilusiones pueden ser profundas o también superficiales, lo importante es que esas ilusiones nos hagan feliz.
Yo siempre he sido fantasiosa, con mucha imaginación, así que siempre tengo alguna ilusión en mente. A veces se hacen realidad y a veces no. Pero después de mis ingresos hospitalarios mi vida cambió, y la verdad es que desde entonces vivo ilusionada con cualquier cosa. Me hacen mucha ilusión los viajes, ir al cine, o ponerme un vestido nuevo. Sí, son ilusiones que nada tienen que ver unas con otras, pero la realidad es que me hacen feliz. Estrenar un pintalabios, un nuevo maquillaje o darme una crema fabulosa me hace feliz. Y es que esas cosas me hacen encontrarme bien, por eso me pone tan contenta hacerlas.
Por eso os recomiendo en estos días de en ocasiones angustioso encierro, que busquéis ilusiones, fragüeis ilusiones, y penséis en qué os haría ilusión cuando salgáis. Esas ansias por hacer lo que os gustaría hacer os mantendrán vivos, firmes, y os ayudarán a estar en este momento Mäs Que Guap@s!
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